Lamento norteamericano: murió Philip Roth | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Miércoles, 23 de Mayo de 2018
Neoyorquino hasta las entrañas, aunque amante del silencio de Connecticut, el escritor falleció a los 85 años. Fue catalogado como uno de los mejores escritores de los últimos 70 años en ese país

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PHILIP ROTH después de su última novela, “Némesis” (2010), paró de escribir. Una decisión que, como él mismo le contaba a David Remnick en 2009–director de The New Yorker-, le costaba mucho, porque no se sentía bien haciendo otra cosa. Las letras, el papel, la soledad del escritor, eran lo suyo.   

Desde que cumplió setenta y ocho años, Roth se desconectó de la realidad norteamericana, a la que su obra se había consagrado. “Tengo setenta y ocho años, ya no sé nada sobre los Estados Unidos. Lo veo en la televisión, pero ya no lo vivo”, dijo. Siete años después, murió a los 85 años en su casa en la parte rural del estado Connecticut.

Extensa y numerosa, su obra es aclamada por la crítica literaria y los lectores de a pie, que, década tras década, se enamoraron de la limpieza de su prosa y la capacidad para construir personajes sin caer en el arquetipo del típico neoyorquino, del típico judío, del típico norteamericano rural.

Una vez, en una visita de Remnik a su casa, confesó que, aburrido la monotonía del ritual de la escritura, había viajado al Metropolitan Museum para ver una obra. Estupefacto, la vio una vez, la vio otra vez; quería alejarse de la escritura, abstraerse por las artes plásticas. Pero, en el tercer día, preparado para volver al Met, optó por escribir.

Algunos los comparan con Gustav Flaubert, un obsesivo de las letras, quien consagró su vida, únicamente, a la escritura. Escribió tanto, y de tanta calidad, que varios, como The New York Times, lo calificaron de “el último de los grandes hombres blancos: el triunvirato de escritores -Saul Bellow y John Updike fueron los otros- que se alzaron sobre las letras estadounidenses en la segunda mitad del siglo XX”.

Título

Nacido en 1933, Roth escribió más de 30 obras que van desde los problemas de un adolescente hasta la epidemia de polio que afectó a Estados Unidos en la década de los cuarenta. En un relativo consenso, se ha dicho que su mejor obra fue “Portnoy´s Complaint” (Lamento de Portonoy), escrita en 1969, con la que se dio a conocer en el mundo de las letras, aunque antes había publicados algunos perfiles en varios medios neoyorquinos.  

En el “Lamento de Portnoy” narra la historia de un joven judío que vive inmerso en las contradicciones de la posguerra. El personaje, Alexander, no sabe cómo enfrentar la liberación sexual que experimentan algunos amigos, pero, atormentado por Edipo, cree que es capaz. Todo ello ocurre en medio de una casa ortodoxa judía que vive en Nueva York, una ciudad marcada por la migración de quienes huían de la guerra. Esta novela se dice que, de alguna manera, es un auto retrato de su infancia.

La novela, sin embargo, va más allá. Más que un relato de los suplicios cotidianos de un adolescente, aborda temas como el destino de la comunidad judía en Estados Unidos, “la tensión entre el arte y la vida”, (New Republic), la libertad. Pero para algunos conocedores de la obra de Roth, no es lo mejor que escribió.

Escritor de uno de los mejores perfiles del autor, en 2000, Remnick defendió que, sin duda, “el lamento de Portney” no era precisamente el libro más importante de Roth. Sirvió como base de su obra: la identidad judía en Norteamérica, y a partir de esta, escribió grandes obras como “Zuckerman desencadenado (1985), la Contravida (1986) y, sobre todo, “el teatro de Sabbath1995)”.

Sus grandes temas, como Claudia Roth Pierpont escribió en la revista neoyorquina, en  2006, incluían “la familia judía, el sexo, los ideales estadounidenses, la traición a los ideales estadounidenses, el fanatismo político, la identidad personal” y ”el cuerpo humano (generalmente masculino) en su fuerza, su fragilidad y su necesidad a menudo ridícula”.

En 1998, a sus 65 años, ganó el Premio Pullitzer de “ficción” por su novela el “Pastoral estadounidense”, lo que lo llevó a ser candidato, una y otra vez, al premio Nobel de la literatura, que por sentencia, le fue esquivo. Fue candidato a ese galardón varias veces, incluso, los expertos en las apuestas, decían que pronto lo ganaría.

Nunca llegó el premio, pero sí quedó una vida dedicada a las letras. Certeza, dicha en sus propias palabras, que se plasmó en sus novelas, textos, ensayos y poemas. Ya fue suficiente, Roth. Él, como le confesó a la revista francesa, “Les inRocks”, lo sabía: “Ah decir verdad, he terminado”.

 

 

Las 30 obras de Roth

El escritor estadounidense Philip Roth, fallecido el martes a los 85 años, publicó unas 30 obras, esencialmente novelas, que marcaron la literatura contemporánea.

- 1959: "Goodbye, Columbus" (novela breve y relatos)

- 1962: "Deudas y dolores"

- 1967: "Cuando ella era buena"

- 1969: "El lamento de Portnoy"

- 1971: "Nuestra pandilla"

- 1972: "El pecho"

- 1973: "La gran novela americana"

- 1974: "Mi vida como hombre"

- 1977: "El profesor del deseo"

- 1979: "La visita al Maestro"

- 1981: "Zuckerman desencadenado"

- 1983: "La lección de anatomía"

- 1985: "La orgía de Praga"

- 1986: "La contravida"

- 1988: "Los hechos" (memorias)

- 1990: "Engaño"

- 1991: "Patrimonio" (memorias)

- 1993: "Operación Shylock"

- 1995: "El teatro de Sabbath"

- 1997: "Pastoral americana"

- 1998: "Me casé con un comunista"

- 2000: "La mancha humana"

- 2001: "El animal moribundo"

- 2004: "La conjura contra América"

- 2006: "Elegía"

- 2007: "Sale el espectro"

- 2008: "Indignación"

- 2009: "La humillación"

- 2010: "Némesis". / AFP