Por un sistema de calidad en la educación superior | El Nuevo Siglo
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Domingo, 20 de Mayo de 2018
Mario F. Hurtado
El sistema universitario es contradictorio. Porque si bien es el lugar de las nuevas ideas, de la crítica y la resistencia. Pero al momento de las reformas en profundamente conservador. Y hoy de nuevo en un intento por mejorar la calidad del sistema, este esfuerzo puede terminar en el olvido.

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EL VICEMINESTERIO de Educación Superior  ha trabajado en los últimos meses en una reforma para mejorar el sistema de aseguramiento de la calidad. Las fuerzas conservadoras del sistema, que tiene mucha voz, pueden frenar el esfuerzo.

El sistema universitario es contradictorio. Porque si bien es el lugar de las nuevas ideas, de la crítica y la resistencia. Pero al momento de las reformas en profundamente conservador. Y hoy de nuevo en un intento por mejorar la calidad del sistema, este esfuerzo puede terminar en el olvido.

La nueva situación: bajo la dirección de la actual viceministra de educación superior se desarrolló una estrategia con expertos de alto nivel, nacionales e internacionales, para definir una nueva política de aseguramiento de la calidad.  La propuesta que se presentó  se basa en un nuevo modelo que contienen unas matrices muy completas que permiten ver la evaluación como un proceso continuo. Es decir, no solo le sirve a la institución de educación superior saber en dónde va, sino que permite a las universidades ver las acciones para ir mejorando. 

Colombia requiere un sistema de aseguramiento de la calidad. El país debe pasar a un segundo estadio que supere el tema de la cobertura y el acceso para enfocarse en la calidad de la educación que se ofrece. Lamentablemente, algunas instituciones se oponen a los temas de evaluación y de seguimiento. No les interesa la calidad de la educación como un proceso continuo en la mejora de sus instituciones.

Al presentarse la nueva propuesta, surgieron críticas extendidas frente a las modificaciones del sistema de aseguramiento de la calidad, que propone el Ministerio de Educación Nacional (MEN). El sistema de calidad de la educación superior es nuevo y ha dado grandes pasos. Por ejemplo, se acabó el abrir programas sin ningún tipo de soporte, sin condiciones adecuadas, porque lo único que hacía era engañar a jóvenes de escasos recursos que hacían enormes esfuerzos económicos creyendo que la educación que estaban recibiendo les iba a permitir mejorar sus condiciones de vida.

Por otra parte, ha mejorado  las plantas profesionales de las universidades con más doctores y magísteres, ha presionado para que las mismas inviertan en la formación docente, en la investigación y el bienestar universitario. Sin embargo, hay fallas, hay espacios que han permitido que se sigan presentando irregularidades o se evadan compromisos. Por eso, la importancia de la reforma y de las matrices de seguimiento.

Características del sistema de aseguramiento

El sistema aseguramiento de la calidad tiene dos vertientes. La primera a cargo del MEN con la comisión nacional intersectorial de aseguramiento de la calidad (Conaces) quien es la que otorga los registros calificados a las carreras universitarias y garantiza a los estudiantes una educación adecuada. La otra, es la El consejo Nacional de Acreditación (CNA) un consejo autónomo que es la que acredita a las instituciones o a los programas en alta calidad. La primera es obligatoria y avala los programas con los requisitos básicos, la segunda, es opcional y certifica la calidad del programa.

Algunas de las críticas que han motivado el cambio, es la falta de coordinación entre los dos entes. Esta situación produce en ocasiones resultados contradictorios. Algunos afirman que la evaluación en ambas puede ser plana y termina afectado la diversidad institucional y la autonomía universitaria (aunque la autonomía debe ser entendida como un logro y no como un derecho adquirido). Para otros la acreditación asume la evaluación como una lista de chequeo y se le dice a la institución lo que debe hacer, si reconocer las particularidades internas.

Sin embargo, se corre el  riesgo que el trabajo realizado naufrague. Desde el Ministerio se ha afirmado que sólo se aprobará hasta estar seguros que es el mejor decreto posible, es decir, se pretende alcanzar un consenso general. Y ese es el principal problema del sistema, que las estructuras conservadoras se oponen de forma contaste y se termina en “mínimos comunes denominadores” y no en “máximos comunes múltiplos”.

No es la primera vez

Grandes apuestas que se han hecho para la educación superior se ha frenado o han quedado en el limbo por pretender llegar a consensos mayoritarios o para no generar debate y polémica. Ocurrió con el SNET un proyecto para fortalecer la formación técnica en el país, que después de años de trabajo, quedó archivado. Lo mismo ocurrió con la reforma a las licenciaturas, algo necesario y que iba por buen camino, prueba es que universidades como la Pedagógica y la Distrital lo lograron en tres años. Hoy parece que estamos destinados a que universidades mediocres sigan promocionando licenciaturas  con profesionales mal formados. Así, que esta es la oportunidad para no ceder ante el gusto de todos, de garantizar un sistema de aseguramiento de la calidad (SAC), sólido, fuerte y con la capacidad de poderlo evaluar y mejorar con el paso de los años.

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(*) Especialista en educación. Twitter: @hurtadobeltran  La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva del que la escribe”