La descentralización es una ambición de vieja data por parte de las regiones, que en Colombia no solo son efecto de una distribución geográfica, sino que se distinguen por rasgos culturales y hasta por una forma particular de hablar el idioma.

Sin embargo, algunos críticos de las normas que dotan de autonomía a las regiones advierten que podrían desembocar en ideas separatistas.

En defensa de un proyecto recientemente aprobado en segundo debate, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, del Partido Conservador, precisó que lo que busca la iniciativa es darle independencia administrativa a las regiones y elevarlas a entidades territoriales, que puedan obtener del nivel central recursos para inversión en proyectos de impacto regional.

"Cada vez son más los departamentos que le apuestan a la descentralización en Colombia pensando en impulsar sus potencialidades a través de un esquema que les permita jalonar recursos de inversión, no para gastos, sino para promover y ejecutar entre departamentos proyectos de gran impacto que los beneficien a todos por igual", sostuvo Cepeda luego de que se aprobara en sesión plenaria la iniciativa que establece normas orgánicas para fortalecer las regiones administrativa de planificación y define las condiciones para convertir las regiones en entidades territoriales.

El proyecto contó con el apoyo de la mayoría de senadores y fue aprobado con más de 70 votos.

"El Senado le apuesta a la descentralización de Colombia. Ahora el turno es para la Cámara de Representantes. Estoy seguro que en la Cámara tendrá el mismo destino, pues ya se constituye la cuarta RAP (Región Administrativa y de Planificación): Centro, Caribe, Pacífico y ahora la del Eje Cafetero", señaló Cepeda.

La iniciativa pasa a la Cámara para tercer y cuartos debates.

Cepeda destacó la importancia de este proyecto en cuanto descentraliza los recursos de inversión que demandan las regiones y que hasta ahora alcaldes y gobernadores solo han logrado llamar la atención del gobierno central para que voltee las miradas a sus territorios cuando "se arrodillan ante las altas esferas del Gobierno rogando por un proyecto. Ahora serán ellos y nosotros los protagonistas de nuestro propio destino", dijo.

Agregó que a través de esta iniciativa no se busca iniciar proceso separatista: "Aquí hablamos es de los manejos de recursos, que le permitan a cada región tomar la decisión sobre el rumbo que quieren tomar para fortalecer todas sus dinámicas sin que nos lo receten desde el centro. Todos queremos seguir siendo colombianos y nos sentiremos más orgullosos de ello cuando la descentralización sea efectiva".

En la orilla opuesta a la de Cepeda, el exsenador Carlos Enrique Soto, del Partido Social de Unidad Nacional (La U), manifestó que los proyectos de independencia regional son complicados por la falta de cultura de autonomía.

“Siempre habrá voces promoviendo movimientos separatistas”, manifestó Soto, anotando que “no es fácil lograr independencia por dos razones: la primera, porque no hay una cultura de responsabilidad de lo que debe hacer la autonomía, porque la autonomía debe ser con deberes y con derechos, que conducen a responderle a un pueblo, sin estar esperando el paternalismo del Estado central”.

“Y lo segundo es que los gobiernos viven pegados a los recursos para poder manejar las cosas, para poder condicionar ciertas determinaciones. Entonces por esas razones no se dan las descentralizaciones”, dijo.

Señaló que la única manera de tener la cultura de la autonomía es la educación con responsabilidad y sobre todo en el tema de los recursos: “Siempre ha habido un deseo. La Constitución del 91 le dio fuerzas a las regiones, pero solo se quedó ahí”.