En alerta permanente | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Julio de 2021

El país, en estos días, debe vivir en alerta permanente contra sus adversarios y las adversidades. De ninguna manera puede bajar la guardia frente a la pandemia ni tampoco contra los terroristas de todos los pelambres que creen que el presidente Duque no es el mandatario capaz de enfrentarlos.

Desestabilizar a Colombia, en lo político, económico y social, es una de las criminales prioridades del insensato Nicolás Maduro y de todos los izquierdistas de extrema que pululan por estas latitudes. Por ello Joe Biden debe andar muy preocupado porque Colombia es un socio estratégico vital para mantener neutralizado el hemisferio.

Colombia es la joya de la corona de las democracias al sur del río grande y cualquier suceso que le ocurriera podría causar un efecto dominó y hacernos regresar a los más aciagos días de cuando las dictaduras militares imponían su ley en el siglo pasado. Debemos, pues, cuidarnos de políticos de pacotilla como Petro, Bolívar y compañeros.

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Todos los conservadores colombianos debemos estar complacidos por el triunfo arrollador de nuestros copartidarios franceses. No es casualidad histórica que en el país de mayor desarrollo político en el mundo se haya impuesto nuestras banderas y debe ser un motivo para redoblar nuestros empeños en consolidarnos en la coalición de gobierno y no ser un simple apéndice de las otras colectividades.

El inolvidable Álvaro Gómez solía decir que el talante conservador imprimía valores fundamentales al devenir democrático. Sostenía y con razón que el conservatismo le daba sustento ideológico a todo programa de gobierno en que se empeñaran los países. La victoria gala ha sido, como relata la corresponsalía de nuestro diario, "una estocada mortal" para la extrema derecha y un grave revés para los socialistas.

Los republicanos ya habían ganado en la primera vuelta y ha sido un rutilante retorno a la victoria después de la humillante derrota electoral sufrida hace cuatro años en las presidenciales.

Ni siquiera los ecologistas lograron con su apoyo hacerles ganar. Emannuel Macron se estabiliza como el gran líder político de su país.

 

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Como andaremos de mal en materia criminal que en pleno siglo XXI el vandalismo criminal de unos terroristas no es considerado un delito ni en nuestras leyes ni en nuestra Constitución. Modernizarnos en esa dirección es un imperativo que no da más espera. No sólo la pérdida de vidas, sino también los grandes daños al mobiliario público y privado. Hay que imponer penas ejemplares a los depravados.

Duque y los partidos deben actuar con velocidad y contundencia para copar este grave vacío institucional que hoy es aprovechado por manos oscuras que buscan nuestra perdición. Hoy los alcaldes y gobernadores son verdaderos convidados de piedra frente a estos lamentables episodios. Todo ello debe ser corregido a la mayor brevedad.

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Hasta cuándo seguiremos siendo "el patio de atrás" de los Estados Unidos y el Congreso de ese país haya decidido que se debe condicionar la ayuda que se le preste a nuestra policía nacional.

Hay que reformar el organismo y hay que hacerlo pronto y con contundencia. La inmensa mayoría de nuestra policía es buena y efectiva, pero hay manzanas podridas que la perjudican ante la opinión de propios y extraños.

El cabal respeto a los derechos humanos debe ser la directriz que guie su comportamiento. La violencia policial nos hace recordar los días aciagos de la nefasta policía política que se comportaba siguiendo consignas partidistas y sectarias. Ese cuerpo debe volver por el respeto y la confianza de todos los ciudadanos de bien.

 

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Adenda Uno

El pobre James está verdaderamente de malas. Lleva ya muchos días en el banco y parece que seguirá allí por algún tiempo. Su nuevo entrenador, Rafa Benítez, no lo quiere desde los tiempos del Real Madrid y ahora se vuelven a encontrar en el Everton. Benítez considera al colombiano "intratable e insoportable". ¿Cómo se podrán arreglar las cosas?

Adenda Dos

Nuestros avatares pandémicos seguirán otros tres meses por lo menos. Si llegan a durar más nadie se aguantará el insoportable encierro y la economía se ira al diablo. Que Dios entonces nos tenga de su mano.