Se deduce de las encuestas, casi como un axioma a veinte días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que el esfuerzo por parte de las campañas está en convencer a abstencionistas, indecisos y el voto en blanco. Esto en medio de una polarización que en muchos casos toca el fanatismo, extremismo y hasta la vulgaridad como opción de mofa, para desvirtuar al candidato o poner un velo a ciertas actuaciones. Situación que no contribuye a persuadir a nadie, pero sí enloda la opinión.

La cuarta medición de la gran encuesta de Yanhaas, que patrocinan varios medios de comunicación, que realizó mil doscientos treinta y dos encuestas distribuidas en sesenta y dos municipios del país, además del porcentaje de los indecisos, que seguramente se debaten entre una fuerte posición antipetrista y antiuribista, que no permite ver los candidatos en sí mismos, tiene una importante foto y es la respuesta del 91% que manifiesta que su vida y su familia van por buen camino. Esta posición contradice a quienes prodigan el fracaso a toda costa, sin considerar los avances de los últimos cincuenta años del país.

La economía, la corrupción y la inseguridad, en su orden, son los asuntos que más preocupan a las familias colombianas según la encuesta, y le siguen el desempleo, la salud y la educación. ¿Será que un mayor énfasis en estos temas puede convencer a los indecisos, suponiendo que no actuarían solo por el voto “en contra de”?    

Tal vez dependa más de cómo puedan medir de cada candidato su posible forma y talante de gobernar y las garantías que inspiran. Ante estas respuestas, es de esperar ganancia en puntos a quien asegure el mejor manejo de la economía, tenga mayor capacidad para poner freno a la corrupción -donde juega un papel clave de quienes se rodea y con quienes va a gobernar- y, por último, quien proyecte más autoridad, orden y respeto a la institucionalidad para restituir la seguridad ciudadana. Hay que recordar que el 77% de los colombianos considera muy importante vivir en un país democrático (Encuesta de Cultura Política del DANE).

Se resalta también en la encuesta que más de la mitad de las personas reconoce que la situación económica de sus familias se vio afectada, en algún momento, por los hechos de violencia del paro nacional en el último año pero que ahora perciben un clima de reactivación económica, luego de los efectos de la pandemia. Hechos que deberían también contar a la hora de votar.

Otra de las líneas que puede persuadir a los indecisos está en la respuesta del 60% de los encuestados que considera a Colombia en riesgo de terminar igual que Venezuela, política, social y económicamente. Es un porcentaje muy diciente.

Comparativamente el voto en blanco y el No sabe/No responde no se ha movido mucho desde diciembre pasado, cinco y dos puntos respectivamente, con excepción de Antioquia y la región Centro Oriente (algo se ha hecho allí), luego hay un porcentaje alto por disputar en estas últimas semanas, cercano al 36%, entre abstención, indecisos, voto en blanco y algo de puntos de los contrincantes, que marquen la preferencia hacia la propuesta que menos les perturbe o les cultive mejores expectativas.   

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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