Gobernar no es para nada ‘mogollo’ | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Mayo de 2021

Gobernar es un verdadero arte que, con el pasar de los años, se torna mucho más difícil porque contrario a lo que se podría pensar las tecnologías de la información y las comunicaciones son cada vez más masivas lo que da voz y resonancia a muchos más sectores de la llamada opinión pública independiente. Antaño las decisiones políticas las tomaban unos pocos con el apoyo de círculos cerrados. Hoy, al menos en el mundo occidental, esto es cada vez más complicado.

La cultura popular, y sobre todo la educación, se encuentra mucho más presente y más canalizada que en tiempos anteriores y es por ello que la crisis de los partidos se ha agudizado aún más. Hoy todo el mundo quiere pretende opinar y que su voz sea escuchada.

Además, en vez de disminuir la brecha de la desigualdad se ha acrecentado y los niveles de insatisfacción se han disparado exponencialmente. No se puede tener contento a todo el mundo y mucho menos por tiempos prolongados.

Por todo ello, como decimos los bogotanos, "gobernar no es para nada mogollo". La gran víctima de estos fenómenos ha sido el presidente Duque ha visto complicarse cada día que pasa su gobernabilidad y no logra una aceptable sintonía con la base popular. Sus bajos índices de aceptación y popularidad así lo ponen de presente. A tal punto que su administración es quizás la de menor reconocimiento de las últimas que hayan gobernado el país. Es, desde luego, un político decente, pero eso, al parecer no sería suficiente.

Las propias bancadas de la llamada coalición de gobierno no lo acompañan disciplinadamente y el propio Centro Democrático no parece respetarle debidamente. Sus copartidarios andan como "ruedas sueltas", al vaivén de las urgencias electorales. Afortunadamente el expresidente César Gaviria, jefe único del Partido Liberal, ha decidido apoyarlo; Cambio Radical, con su jefe Vargas Lleras, por el contrario, parece condicionar cada vez más su apoyo parlamentario.

Es una verdadera lástima que nuestro querido Partido Conservador haya decidido transformarse en montonera y no juega ningún papel protagónico en las decisiones públicas. Está como pasmado y aletargado. No tiene ni ministros ni parlamentarios de verdadero peso específico y el expresidente Andrés Pastrana parece estar muy cómodo "viendo los toros desde su barrera". Y todo esto ocurre en momentos en que las derechas parecen retomar posiciones de liderazgo en el mundo entero.

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Infortunadamente nuestra gran carta para las futuras elecciones, Marta Lucía Ramírez, se acaba de inhabilitar al aceptar la cancillería. El país ganó una formidable ministra, pero el conservatismo perdió una gran candidata. Preparada como pocos y con una vasta experiencia, Ramírez llega a su nuevo puesto en momento que tenemos graves problemas de política exterior, especialmente con Venezuela, donde el intonso del Nicolás Maduro se torna más insoportable para nuestros derechos e intereses.

Adenda Uno

Sin saberse aún, a ciencia cierta, quién mató a “Jesús Santrich” y teniendo como norma que no debemos alegrarnos por las muertes ajenas, la desaparición de este nefasto terrorista pone de presente que tanto las disidencias de las Farc como el Eln y otros delincuentes, están pasando por serias dificultades para sobrevivir los embates de nuestras fuerzas del orden.

Adenda Dos

Debemos alegrarnos que el Parlamento Europeo haya brindado apoyo a nuestro proceso de paz. Pero no debemos olvidar que los movimientos de izquierda son muy poderosos en el cabildeo, especialmente en los países nórdicos.