Por fin, austeridad | El Nuevo Siglo
Lunes, 2 de Agosto de 2021

Cuando se trata de dar opinión o de sentar una posición, por razones humanas, tal vez, suele ser más fácil optar por el camino de la crítica. Recomendar y sugerir son actitudes que fluyen con cierta normalidad mientras dar el reconocimiento parte de cierta exigencia y tozudez.

Ese merecido reconocimiento atañe a la presentación de la nueva reforma tributaria por parte del Gobierno por su acto responsable, no obstante, el retiro y la arremetida que tuviera -como excusa más que por entendimiento- la anterior iniciativa, como el florero de Llorente del inicio de las marchas de este 2021.

Varias columnas escritas en el orden de la necesidad de mostrar una combinación entre mayores impuestos (en este caso a las empresas o personas de más altos recursos) y el esfuerzo del Estado por el ahorro y la austeridad en sus gastos de funcionamiento, hacen que hoy se reconozca el plan del gobierno en este sentido. Por entonces se insistía en la necesidad de dar ejemplo, aquel que debe comenzar por casa.

Valga la pena mencionar que este propósito venía planteado en el programa de gobierno, “Pacto Nacional como compromiso de todos”, como se perfiló a finales del 2018, pero en el torbellino de la pandemia, las calificaciones de riesgo y la presión social, el Ministerio de Hacienda no optó por darle eco y tener una comunicación más efectiva en su objeto.

En dicho momento se habló de “estar dispuestos a emprender una campaña de austeridad” con el objetivo de reducir entre un 7.5% y un 10% los gastos generales, cuando se sugirió no determinar un rango tan amplio porque le quitaba su convencimiento.

Hacia noviembre de 2018, cuando en la vida se pensaba vivir una pandemia, se presentó el Plan de Reforma a la Administración Pública, como directiva presidencial dentro de los claves cien primeros días de gobierno. Este se planteó con tres ejes: revisión de la estructura del gasto público que implica revisar la proporción de los gastos de funcionamiento, el control a la evasión y elusión de impuestos y la reforma tributaria.

Se dijo, por entonces, en Atisbos de “Ahorro y austeridad” que toda la toda la acción mediática, por tratarse de temas de bolsillo, se concentraba en los nuevos impuestos y poca mella se le daba a la importancia del ahorro y la austeridad del Estado.

Hoy, se le dio todo el énfasis a buscar la eficiencia y la comprensión para facilitar el proceso de aprobación de una reforma dura pero necesaria. Como se sugería en Atisbos sobre el Nuevo enfoque de la reforma, el título le da claridad ciudadana como “Ley de Inversión Social”; se acoge a ir por eslabones o partes antes de abordar una reforma estructural; se concreta, casi como una marca olímpica, un proyecto de sólo treinta y cinco artículos; se fijan medidas contra la evasión y finalmente se pone, de cara al país, la meta inicial y de largo plazo de austeridad. El Proyecto entró bien a la arena política y esto hay que reconocerlo. 

atisbosmariaelisa@gmail.com

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI