Presidenciales: el tiempo apremia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Agosto de 2021

Arrancó la cuenta regresiva que podría estar anunciando el fin de nuestra democracia, tal como la conocimos: los meses se convierten en semanas, las semanas en días, los días en horas y los segundos se suceden de manera tan vertiginosa por cuenta de esta pandemia que el correr del tiempo lo contamos ahora en años y medimos en millones de muertos. Se trastocó hasta nuestra percepción de la realidad política. Los ciudadanos nos detuvimos, pero los enemigos de la democracia no. Para la muestra las masivas movilizaciones sociales tomadas por vándalos que demostraron estar en capacidad de paralizar el país, poner en jaque la economía y amenazar nuestra supervivencia institucional. Cooptadas por delincuencia empoderada y “líderes políticos” que, en nombre de los “derechos individuales”, pretenden desconocer y arrasar con los “derechos colectivos” y con todo lo que suene a orden establecido.

Hace un tiempo, cuando el tiempo transcurría de otra manera, esta afirmación me hubiera resultado exagerada, hasta inimaginable en mi propia boca.

Pero hoy es tan real el proceso de “entontamiento democrático” en el que estamos, que produce mucha angustia la pasividad y el silencio de quienes sí están en capacidad de gobernarnos y hacerle contrapeso a una propuesta populista que amenaza con llevarnos al mismo despeñadero por el que ruedan hoy Venezuela, Bolivia, Nicaragua y al parecer Perú. En nombre de la democracia y a través de los mecanismos de la democracia les arrebataron la democracia. ¿Estamos a tiempo de evitar que nos suceda lo mismo? El tiempo corre en contra.

Estamos tan distraídos con la expresión mediática del sueño en el que nos tienen atrapados decenas de precandidatos presidenciales, que esta estrategia de promoción individual que funcionó en otra época, nos puede estar costando el país. El juego ya no funciona como en el pasado. No es tiempo de precandidaturas que solo buscan figuración temporal y reconocimiento, mientras la contraparte gana “tiempo” y se fortalece con un candidato único que hace promesas como gobernante, juega con las inmensas necesidades de la población y explota emocionalmente las secuelas de la pandemia.  

Urge un candidato que haga contrapeso serio a esta toma escalada y sistemática de nuestra democracia. Un hombre como Oscar Iván Zuluaga. La amenaza populista es real e inminente. No se puede seguir perdiendo el tiempo. ¡Reaccionen Señores! El tic tac del reloj corre en contra de Colombia.

Por estos días ha hecho carrera la frase de que en las crisis “las decisiones se toman en cuestión de horas”. ¿Qué están esperando quiénes las pueden tomar?

Zuluaga es un candidato serio, tuvo más de siete millones de votos, tiene experiencia, profundos conocimientos económicos y cualidades muy valiosas para estos tiempos turbulentos: serenidad, cabeza fría, templanza, capacidad de relacionarse con sus contradictores, pero ni siquiera como estrategia, sino porque es un hombre que cree en los valores de la democracia e individuales. No en vano le arrebataron, de forma muy oscura, el triunfo en las elecciones presidenciales y su comportamiento ante semejantes afrentas ha sido ejemplar: el de un estadista que puso por encima los intereses de su país.

Recordando una palabra del exministro Raimundo Emiliani, se podría decir que a Oscar Iván Zuluaga sólo le falta una dosis de “malditidad”.

@DianaSoGiraldo