Pueblo y gobierno | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Abril de 2024

Las caudalosas manifestaciones recientes de protesta, por fortuna  realizadas sin que hubiese represión, señalan claramente el rechazo a la administración que preside Gustavo Petro, a sus propuestas de reforma, a su estilo, al incremento del costo de vida, a la inseguridad jurídica, a los diálogos con organizaciones subversivas y delincuenciales, a la incapacidad administrativa, al crecimiento de la corrupción y la violencia, a escándalos permanentes, a la investigación sobre ilegalidades en cuanto a los recursos de la campaña presidencial, al constante debate acerca de temas importantes, a la pugnacidad con las ramas ejecutiva y legislativa del poder público, a los roces constantes con los organismos de control.

El pueblo existe, no se limita a la presencia de activistas políticos, sindicalistas, miembros de partidos de la coalición que apoya al presidente o elementos de la primera línea, eso quedó registrado en las movilizaciones de quienes rechazan la acción del actual gobierno, el mandato oscuro se encuentra debilitado, da palos de ciego y confunde el legítimo derecho de reunión con la presunción de que se trata de un golpe  para derrocar al jefe de Estado elegido en el 2022 cuando de eso no se trata.

Las relaciones entre pueblo y gobierno están rotas, absurdo insistir en la aprobación clientelista de los proyectos de reforma Pensional, de la Justicia, de la Educación, el Laboral, en resucitar el archivado de la Salud, en oposición a ellos hay multitudinario clamor, equivocado seguir presionando en forma indebida la votación afirmativa en el Congreso de iniciativas que serán demandadas y declaradas inexequibles por la Corte Constitucional.

Respecto del mandatario actual de Colombia preocupa su apego al twitter para comunicar la adopción de actos administrativos, su actitud de agitador profesional que lo ha llevado a manifestar su tristeza por la caída del muro de Berlín, a llamar genocida al Estado de Israel, a disculpar la acción terrorista de Hamas, así coincidamos en la necesidad de hallar solución al problema del pueblo Palestino.

*** 

Hoy es el día del Trabajo que se celebra los primeros de mayo en la mayoría de Naciones, conmemoración del movimiento obrero, de los sufrimientos en Chicago de quienes laboraban con pésima retribución y horarios superiores a las doce horas diarias.

Como es tradicional también en Colombia las celebraciones ocurrirán, ojalá que transcurran con normalidad, los voceros de las organizaciones sindicales bien pueden opinar libremente sobre asuntos que les competen, efectuar sugerencias o hacer solicitudes, pero resulta cuestionable que el presidente de la República haya expresado su intención de intervenir en el curso de estas reuniones con la intención de restar importancia a los manifestantes de las jornadas de protesta a las cuales nos referimos. Esta actitud no le conviene a él ni a los sindicalistas, algunos dirigentes laborales lo han dicho públicamente.

El nivel de la política ha disminuido, la crisis presente abre una ventana con el objeto de que dirigentes, senadores y representantes impidan un superior deterioro institucional.