Claves para eliminar los ataques de ira en 30 días | El Nuevo Siglo
Según expertos, estos patrones son aprendidos desde la infancia y el cerebro continúa procesándolos en la adultez. / Foto cortesía prensa
Domingo, 28 de Abril de 2024
Redacción Cultura

Los ataques de ira son bastante frecuentes en las relaciones interpersonales, debido a una incapacidad de manejar las emociones, de acuerdo con unos patrones aprendidos desde la infancia y que el cerebro continúa procesándolos en la adultez de la misma manera.

De acuerdo con Jéssika Perdomo, psicóloga y coach experta en el control de ataques de ira, para comprender este rasgo hay que llegar a su raíz y aunque estos patrones emocionales se crearon en la infancia, en la adultez son un indicador de alta dependencia emocional, una seria desregulación del sistema nervioso y patrones de pensamientos perfeccionistas, adicción al control y rigidez cognitiva. Por lo tanto, una vez modificados estos patrones y regulado el sistema nervioso, se pueden olvidar para siempre.

Los ataques de ira, según Perdomo, son un patrón aprendido, debido a que el factor crítico se desarrolla a partir de los 7 años: durante los primeros años, todo pasa directamente al cerebro sin ningún filtro, por lo que aprendes a comportarte y reaccionar exactamente cómo los adultos que tenías a tu alrededor y desarrollar los mecanismos de “defensa” para sobrevivir en ese ambiente; básicamente tus reacciones emocionales son las de tus padres o cuidadores, a menos que hagas algún trabajo terapéutico personal para modificarlos.

Infancia

Las personas que sufren de ataques de ira hacia sus parejas, suelen haber crecido en ambientes caóticos, en los cuales fue testigo de:

  • Violencia doméstica, peleas y abuso entre sus progenitores o personas que le rodeaban.
  • Víctimas de abuso físico, emocional o psicológico a sí mismos o a sus hermanos por parte de sus cuidadores. 

“Debido a esa sensación de impotencia e injusticia vivida durante la infancia o la etapa que vivieron con sus padres o cuidadores, desarrollan una tendencia a protegerse y defenderse, viven pensando que todo lo que hace su pareja es en contra suya y que quieren tomar ventaja de ella, se ofenden con facilidad y se enojan y reaccionan a los mínimos comentarios o faltas cometidos por su pareja”, refiere la experta.

Sin embargo, todo esto sucede a nivel inconsciente, que es donde viven sus emociones, es decir, racionalmente no lo ven así, pero así es como se procesa el problema internamente. El cerebro percibe a su pareja como un “elemento vital para su supervivencia, de allí los ataques de ira, de la sensación de que si su pareja no le provee lo que la persona cree que necesita, como lo necesita, cuando lo necesita, de la manera que lo necesita, entonces no le ama”, explicó.

La solución a los ataques de ira es muy simple y sólo consta de tres pasos:

1. Independizarse emocionalmente: Normalmente en las relaciones hay mucho apego a la pareja. El problema es que el cerebro empieza a percibir a esta persona como un “recurso vital para la supervivencia” y cuando hay desacuerdos entra en modo de alerta al percibir la posible pérdida de dicho “recurso” y eso es lo que hace tener estos impredecibles ataques de ira.

Para restablecer la seguridad, aunque de forma paradójica, hay que independizarse emocionalmente de la pareja y empezar a satisfacer las necesidades emocionales por sí mismo.

2. Reestructuración cognitiva: Simplemente, cambiar la forma de pensar acerca de las emociones y los comentarios o comportamientos de la pareja que disparan las reacciones aprendidas en la infancia. De esta manera, tener ataques de ira se vuelve algo imposible.

La reestructuración cognitiva tiene como objetivo desactivar el patrón de la ira, al ir aplicando una especie de “frenos mentales” para detener la ira en el momento a momento y así no acumular para luego estallar inesperadamente.

3. Personificar la versión pacífica: Necesita apuntar a una meta, controlar la ira en sí misma; no es una meta, sino un medio para que pueda empezar a disfrutar de la vida por la que se ha trabajado duro. De ahí que es necesario dirigir la energía a practicar los comportamientos, reacciones y formas de pensar deseados; por ejemplo, escuchar de forma calmada las opiniones y cambiar los reclamos y las quejas por peticiones en un tono de voz neutral.