Se arriesgaría nota crediticia del país si avanza una renegociación de deuda | El Nuevo Siglo
LOS expertos recomiendan al país cumplir con las obligaciones establecidas con el FMI./AFP
Martes, 23 de Abril de 2024
Redacción Economía

Si la nación persiste en una renegociación de la deuda de la línea de crédito flexible (LCF) del Fondo Monetario Internacional, no solo generaría más incertidumbre en torno al manejo fiscal del país, sino que podría derivar en una menor confianza y en revisiones a la baja de la calificación crediticia, pues este es un factor importante para las firmas de riesgo.

Así lo considera un informe de Anif, sobre la iniciativa del Gobierno que, aunque el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, no ha desestimado por ahora, al interior del FMI se dice que Colombia dijo que continuaría con su plan de pagos del crédito flexible.

El desembolso realizado el 2 de diciembre de 2020, por cerca de US$5.400 millones, se usó para equilibrar las finanzas y ayudar durante la pandemia de covid-19. Además, este pago también sirvió como una reserva de dinero para proteger al país contra posibles problemas financieros internacionales. Este préstamo, a plazo de tres años y 1% de tasa de interés anual, dejó un cupo de US$12.200 millones de los US$17.600 millones disponibles.

Para Anif, tan solo el anuncio de una renegociación de la deuda “le agrega presiones al frente fiscal en el país, que -de por sí- ya muestra señales de alerta, tales como el elevado pago de intereses, que ascendería al 4,5% del PIB en 2024; y un estancamiento del gasto en niveles similares a los de la pandemia para los próximos años (promedio de gasto equivalente a 19,3% del PIB entre 2024-2034)”.

Refinanciar la deuda libera espacio de caja, pero desde el punto de vista fiscal no representa un aumento de los ingresos fiscales disponibles ni una disminución en el gasto. Liberar recursos que permitan fomentar la inversión y el crecimiento económico requiere un aumento de los ingresos fiscales o una reducción en el gasto fiscal primario.

Situación fiscal

Además, la situación fiscal del país es un factor que se mantiene en la mira de las calificadoras de riesgo. Una mala señal o un mal manejo de las finanzas públicas podría derivar en un cambio en la perspectiva o en la calificación de riesgo del país. De hecho, a inicios de este año S&P cambió su perspectiva de estable a negativa, a pesar de mantener la calificación en BB+, y mencionó que un deterioro fiscal inesperado es uno de los factores que podría llevar a reducir la calificación.

Incluso, el Comité Autónomo de Regla Fiscal ha alertado que el Gobierno no financiará su gasto con ingresos estructurales, lo cual genera preocupación sobre los niveles de endeudamiento que deberá asumir el país para pagar sus obligaciones.

Esto resalta la importancia de cumplir con las obligaciones ya asumidas, como el pago de la LCF (que incluso ya está contemplado en el PGN de 2024), pues esto contribuiría a dar un mensaje de solidez macroeconómica y responsabilidad fiscal del país.

Credibilidad

De allí que el centro de pensamiento considera que la propuesta del Presidente Petro de renegociar la LCF, “es inconveniente, pues no solo pone en juego la imagen del país ante los mercados internacionales, sino que también podría afectar la sostenibilidad de las finanzas públicas y afectar negativamente la inversión y el crecimiento económico”. 

“De hecho, si bien un refinanciamiento de la deuda libera espacio de caja, esto no significa que haya mayores ingresos fiscales disponibles o que haya un menor gasto desde el punto de vista fiscal. Para liberar recursos que permitan fomentar la inversión y el crecimiento económico se requiere un aumento de los ingresos fiscales o una reducción en el gasto fiscal primario”, sostienen.

La LCF es un tipo de crédito que ha tenido Colombia con el FMI desde 2009, pero que se otorga únicamente a los países que tienen excelentes prácticas macroeconómicas.

Una de las principales ventajas de tener acceso a la LCF es la señal que envía a los mercados internacionales de confianza en el buen manejo económico y en la capacidad de pago del país.

Por esa razón resulta fundamental que, una vez se desembolsan los recursos de esta línea, el país beneficiario se comprometa al cumplimiento del cronograma de pago y, así, se mantenga la confianza.