¿Es Duque el Macron colombiano? | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Marzo de 2018

Desde que Iván Duque irrumpió en la política colombiana, dándole al uribismo un aire de lozanía y juventud, no son pocos los que lo han comenzado a compararlo con Emanuel Macron, el presidente de Francia. Para empezar ambos tienen la misma edad: cuarenta y un años. Ambos son de centro derecha, ambos han hecho una  brillante carrera, luego de estudiar en academias de élite. Son pues muy  competentes, pero sobretodo  son muy decentes, tolerantes y transparentes. Ante todo son dueños de un encanto personal  cautivador. Cuidan con celo su apariencia y con esmero sus presentaciones públicas. A grandes rasgos son muchas más sus coincidencias que sus diferencias. En sus parábolas existenciales han tenido una gran estrella y dos grandes padrinos que los han guiado y apoyado: el expresidente Francois Hollande  y el expresidente Álvaro Uribe.

Sus biógrafos nos presentan al mandatorio francés como un verdadero niño prodigio de la V República, que ascendió meteóricamente en sólo pocos años. Algo similar aconteció con nuestro candidato criollo. De todas maneras Macron ha sido un tsunami en la vida política de los franceses. Desde luego Iván Duque todavía no ha tenido la oportunidad de serlo, pero no dudamos que haría lo propio en nuestros lares. Pero -siempre hay un pero-  se hace evidente que Duque para llegar a ser verdaderamente macroniano, tendrá que parecerse cada día menos a Uribe y sus lugartenientes. 

Hay desde luego una gran diferencia geopolítica entre nuestros dos personajes: la forma de hacer política. Allá en Paris lo hacen con altura y compostura, no siempre pero si la mayoría de las veces. Aquí en Bogotá nos caracteriza, infortunadamente, la ausencia de modales y la presencia cotidiana de imposturas y patrañas.

El amor y no el odio y  mucho  menos el miedo, es  la  gran consigna de sus campañas y de su partido, "En Marcha".  "Os comprendo y os quiero", advierte en todos sus discursos. Y esas consignas las hace extensivas en su empeño por conquistar también a la Comunidad Europea, a la que en muy poco tiempo tiene igualmente fascinada. Con  la alemana Merkel está liderando un gran cambio continental en busca de hacerle exitoso frente a los desmanes e imprudencias de su antípoda, Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos.

Hoy más que nunca Colombia esta urgida del espíritu macroniano de Iván Duque, si en verdad consolida su liderazgo electoral y llega al Palacio de Nariño, debería tener como norte la figura y las ejecutorias del inquilino del Eliseo. Infortunadamente, tal como se está desarrollando la actual campaña electoral todo presagia lo contrario. La intemperancia  y el estilo de confrontación que se están imponiendo, nos hace temer por la seguridad de nuestra democracia. Mañana los colombianos tendremos una oportunidad única de retomar el camino de la convivencia y la reconciliación. No debemos desaprovecharla.  No podemos seguir invocando el miedo y convocando el odio.

 

 

Adenda: Álvaro Gómez Hurtado, quien ejerció la política con brillantez y altura moral, también como Macron hizo de la elegancia su sello distintivo.