¿Qué pasa con Avianca? | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Marzo de 2018

Viajar por Avianca se ha convertido en una pesadilla para quienes tienen que hacerlo con alguna frecuencia. Desde el fracasado paro de pilotos, durante el cual se cancelaron muchos vuelos, se observó que en oportunidades esas cancelaciones obedecían a poder despegar con los aviones llenos de pasajeros. Avianca ha seguido con la costumbre de dejar a sus pasajeros en la incertidumbre de si la aerolínea cumplirá o no con su planificación de vuelos. Ha llegado a tal punto que pareciera que adoptó la costumbre de cancelar vuelos para enviarlos únicamente cuando estos van con la mayoría de sillas ocupadas; esto últimamente se está presentando prácticamente a diario.

Quizás el modelo de negocio, a un nivel económico, presenta mayores márgenes de ganancia de esta forma, pero tristemente el coste reputacional de esta práctica es alto, pues los colombianos nos encontramos muy disgustados, aunque en el pasado Avianca haya recibido premios por buen servicio y atención. Sin embargo, lo más triste, es que siendo tan pocas las alternativas que nos quedan para viajar, muchas veces tenemos que asumir el riesgo y conformarnos con la irresponsabilidad de Avianca, que planifica vuelos que seguramente no despegarán, en lugar de simplemente reducir la frecuencia de los mismos.
De alguna manera estas cancelaciones y sus maniobras encontraron justificación en la época del paro, pero en una situación normal es inaceptable que ésta incumpla con los vuelos que tiene programados y, aún más preocupante, que la Aeronáutica Civil o el Gobierno deje pasar esta situación sin actuar. Es de suponer, y así lo establece la ley, que el Estado debe garantizar a los consumidores colombianos el no abuso por parte de las compañías, en especial de una tan grande y con un poder tan alto en el mercado, como lo es Avianca.
El Gobierno debe defender al ciudadano y debe ejercer como garante de que las empresas cumplan con lo prometido. Porque, además, cuando un pasajero compra un pasaje tiene en cuenta que los horarios escogidos sean los más convenientes para sus labores o compromisos. Pero ya con mucha frecuencia cuando uno se está alistándose para dirigirse al aeropuerto recibe una llamada de Avianca o simplemente en el aeropuerto le anuncian que el vuelo que uno tenía reservado ha sido cancelado y que a uno lo reubicaron en otro vuelo y a otra hora.

¿Qué decir de la falta de cumplimiento que en los horarios se viene dando? Pero para rematar cuando uno compra sus pasajes en vuelos internacionales, como es el caso de las rutas a través de Medellín o Cali a Madrid,   solo a punto de tomar el vuelo se da cuenta que no es en un avión de Avianca sino de una empresa de bajo coste que tiene otra clase de equipos; estos son incómodos y no adecuados para vuelos tan largos, mintiendo así a los pasajeros que están pagando los precios de aviones que supuestamente tiene Avianca. En el caso expuesto, sobre los vuelos a Madrid, además están engañando a los pasajeros aunque les den una circular en los aeropuertos para que si está insatisfecho pueda proceder a reclamar la devolución del dinero y eso, cuando se está a punto de abordar el vuelo.