Adam Silvera, fenómeno literario | El Nuevo Siglo
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Jueves, 19 de Abril de 2018

DE vendedor de libros infantiles a críticos y de allí a escritor. Así se puede resumir la corta pero exitosa carrera literaria de Adam Silvera, el norteamericano que se ha convertido en un  fenómeno juvenil internacional por sus atractivas novelas.

Con solo tres obras, la primera de ellas publicada en 1990 cuando tenía 25 años,  Silvera se catapultó rápidamente en el escenario global de las letras y fue seleccionado como uno de los autores Flying Star de Publishers Weekly.

Silvera sorprendió al público con su primera novela, Recuerda aquella vez, con la que ha recibió excelentes críticas y numerosas menciones en prestigiosas publicaciones. Esta novela fue  superventas del The New York Times y catalogada como “una lectura indispensable”, apareció en Colombia en 2016 agotando existencias y ahora llega en una reedición traducida al español.

Inteligente, profunda y conmovedora, la historia de Aaron Soto, un chico que no se siente a gusto en su propia piel, aborda los temas del amor, la amistad, la identidad sexual y, por encima de todo, la complicada búsqueda de uno mismo. Una novela que rompe moldes, con un toque futurista.

Silvera, quien trabajó en la industria editorial como vendedor de libros para niños y ha ejercido como crítico de novelas infantiles y juveniles, regresa a las estanterías con una profunda y emotiva novela sobre la vida, el amor y las pérdidas, se trata de Al final mueren los dos, cuya obra ha sido destacada por la Asociación de Librerías de los Estados Unidos, Booklist, como  “extraordinaria” e “inolvidable”.  Y la revista Teen Vogue dijo que  “Adam Silvera recurre a todo su talento para empujar a los lectores a examinar cómo viven y cómo querrían vivir”.

Su más reciente obra es  una emotiva historia sobre la vida, la muerte, la pérdida y la importancia de vivir cada día como si fuera el último y esta es una de las novedades más atractivas de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, FILBo.

Adam Silvera nació y se crió en el barrio neoyorquino del Bronx. Trabajó en la industria editorial como vendedor de libros infantiles, community manager en una empresa literaria y crítico de novelas infantiles y juveniles antes de dedicarse exclusivamente a la escritura de novelas.