Economía del transporte | El Nuevo Siglo
Sábado, 21 de Abril de 2018

Una de las consideraciones que debe tener en mente quien esté dirigiendo los destinos del país es la de conseguir que éste sea competitivo, expresión esta que comprende todas las acciones que deban adelantarse para que los resultados sean los menos onerosos.  Cuando se trata de manejar la cosa pública, difícilmente se puede expresar en términos monetarios. Las acciones del Estado no se pueden medir en estos términos; cuando se trata de hacerlo hay que hacer una serie de lucubraciones tendientes a reducir a términos matemáticos,  acciones estatales cuyo propósito es proporcionar bienestar a los ciudadanos lo cual, desde luego, difícilmente se puede reducir a ecuaciones matemáticas que puedan hacer comparables las acciones gubernamentales, cuyo propósito, como se mencionó  atrás, es el de proporcionar bienestar a los gobernados.  ¿Se puede medir en términos matemáticos lo que se consigue para el país, por ejemplo en educación,  en salud pública, en justicia, en seguridad, etc.?  Reducir fenómenos sociales a ecuación es difícil.  Un Estado es providente, hace todo para darle gusto a la ciudadanía.

Pero bueno,  volviendo a actividades colectivas, las que no se pueden adelantar en economía de mercado debe organizarlas y estimularlas. Sencillamente las encarga a particulares o estimula que éstos las realicen. Un ejemplo es el de la educación que el Estado no está en condiciones de suministrar a todos los ciudadanos. Ofrece una educación básica y universitaria; la Universidad Nacional es un ejemplo inmejorable.

El propósito de este escrito era el de ubicar las acciones del Estado conducentes a conseguir la competitividad nacional.  En un campo que no nos es extraño, teniendo en consideración la vastedad de nuestra geografía y las características de ella así como la dispersión de los centros urbanos y la ubicación del sector industrial, la cantidad de ellos, el transporte no deja de ser estratégico para el intercambio tanto de personas como de mercancías. Para que el país sea competitivo es necesario que el transporte en todos los medios disponibles sea no solamente el adecuado sino el más económico. Los medios de movilización son básicamente el aéreo, el terrestre y el fluvial, sin contar oleoductos y gasoductos que son especiales. Cada uno de ellos tiene sus propias características que lo hace apto según sus propiedades. El aéreo es el más costoso y el más rápido de todos. El fluvial es el más económico; el terrestre se puede distinguir entre las vías en la cuales circulan los movidos por motores de explosión, que son aptos para el transporte de mercancías y personas; sus costos son función de la carga a transportar y a la distancia. El otro medio es el ferroviario  que requiere tanto vías como equipos especiales. No tiene competencia para el transporte de cierta carga voluminosa a grandes distancias. Ese medio es el que nos está haciendo falta.  Si se quiere que el costo global de transporte sea el más económico para el país, cada uno de los medios debe dedicarse a aquellas actividades en las cuales ofrece ventajas comparativas.