Off the record | El Nuevo Siglo
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Lunes, 18 de Junio de 2018
Redacción Política

Puja azul

Ya está claro, después de los resultados de la elección presidencial, que la prioridad ahora será cómo se armará la nueva coalición parlamentaria. En las toldas del Partido Conservador se insistía en que el entrante senador David Barguil podría ser uno de los más fuertes candidatos a suceder a Efraín Cepeda. Sin embargo, algunos parlamentarios indicaron que no veían muy viable esa posibilidad, ya que el conservatismo no podía aspirar a tener dos periodos consecutivos en la presidencia del Congreso, toda vez que tanto Cepeda como Barguil proceden de las toldas azules. Lo que sí podría pasar es que los conservadores apuntaran ahora a la presidencia de la Cámara. Sin embargo, todas las hipótesis son muy tempraneras hasta que el Presidente electo ayer haga sus primeras movidas al respecto.

 

Escrutinios del Congreso

Pasadas ya las elecciones para la Casa de Nariño, el foco de muchos partidos vuelve a centrarse en las de Congreso, que si bien se realizaron el 11 de marzo aún no se han oficializado los escrutinios definitivos, que son la base sobre la cual el Consejo Nacional Electoral entrega las respectivas credenciales a quienes resultaron elegidos. Aunque ya hay una certeza casi del 100 por ciento en cuanto a la futura composición del Senado y la Cámara, en algunos partidos se dice que habrá “sorpresas” en el anuncio de los escrutinios y que algunos de los parlamentarios entrantes que ya están apartando oficinas podrían quedarse, como se dice popularmente, “con los crespos hechos”.

 

¿Salida a disidencias?

Tras los últimos golpes a las disidencias de las Farc, tanto en Nariño como Caquetá y Arauca, hay algunos parlamentarios salientes que, la semana pasada, planteaban que se debería buscar algún tipo de alternativa para reinsertar varios de los contingentes de subversivos que se apartaron del proceso de paz y desmovilización el año pasado, pero que ahora quisieran buscar una segunda oportunidad, sobre todo ante el riesgo creciente de ser abatidos o capturados. Incluso se adelantó que una ventana de oportunidad para aterrizar una propuesta en este sentido podría ser el proyecto que se tramita para viabilizar el sometimiento colectivo de los grupos armados organizados o bandas criminales, tipo ‘Cartel del golfo’. Obviamente una decisión en ese sentido ya les correspondería a los próximos Gobierno y Congreso.

 

Rebeliones internas

Varios de los senadores y representantes a la Cámara salientes serán candidatos a las gobernaciones y alcaldías el próximo año. Eso ya es vox populi en varios departamentos y ciudades capitales. Lo que poco ha trascendido es que el anuncio de esas posibles aspiraciones ya le ha traído a más de un congresista saliente rebeliones en sus respectivos movimientos y partidos. Incluso, se sabe que a un senador que termina labores esta semana, varios de los diputados y alcaldes que ayudó a elegir en 2015 ya le anunciaron que tenían compromisos con otros aspirantes de sus propios movimientos para temas como gobernación, y que esos acuerdos deberían respetarse.

 

Reto de consulta

La votación de la consulta anticorrupción debería ser, en concepto de varios analistas, superior al volumen de votos que logró el plebiscito refrendatorio de paz en octubre de 2016. Como se recuerda, en esa ocasión, cuando el No ganó apretada pero sorpresivamente al Sí, se registró un total de 13 millones de votos, para una participación de 37%, con 12,8 millones de sufragios válidos, 170.000 nulos y apenas 86.000 tarjetones no marcados. Es claro que llevar a las urnas a una cantidad similar de sufragantes, luego de tres eventos electorales este año, no será nada fácil el próximo 25 de agosto, cuando se vota la consulta. Los cálculos de los promotores de la misma es que se requerirán no menos de 12 millones de votos por el Sí en cada uno de los siete mandatos de la consulta.