Urdangarin cumple en cárcel de mujeres condena por corrupción | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 18 de Junio de 2018
Agence France Presse

LLEGÓ a ser "el yerno ideal" del rey español Juan Carlos I, pero desde ayer, el exjugador olímpico de balonmano Iñaki Urdangarin, casado desde 1997 con la infanta Cristina, se encuentra en prisión por corrupción.

Seis años y medio después de su imputación y con otro rey en el trono, su cuñado Felipe VI, el exduque de Palma entró discretamente en la cárcel de Brieva, un pueblo a unos 100 km de Madrid, para empezar a cumplir su pena de 5 años y 10 meses de prisión.

Su delito: malversar varios millones de euros de dinero público a través de la fundación Nóos que presidía y que puso en serios aprietos a la Corona.

Durante 14 años fue miembro de pleno derecho de la familia real: desde el 4 de octubre de 1997, la fecha de su suntuosa boda con Cristina de Borbón, hasta el 12 de diciembre de 2011, cuando fue declarado persona 'non grata' por la Casa Real y apartado de los actos oficiales por su conducta "poco ejemplar".

Urdangarin, un ex medallista olímpico de balonmano de 50 años, es el único hombre en esta prisión para mujeres, con capacidad para 162 presos y a una hora y media por carretera de Madrid, detalló el portavoz.

Ocupará por tanto un módulo individual en esta prisión, que pudo elegir, como es habitual en el caso de aquellos condenados que reciben la pena estando en libertad.

Con el ingreso en prisión se cierra una saga que comenzó en 2010, en plena crisis económica, cuando se conocieron los primeros detalles de un caso que dañó seriamente la percepción pública de la monarquía española y contribuyó a que el suegro de Urdangarin, el rey Juan Carlos I, abdicara en su hijo Felipe en junio de 2014.

Éste sin embargo evitará en buena medida el foco de los medios españoles este lunes, ya que junto a su esposa, la reina Letizia, se encuentra de visita en Estados Unidos, donde el martes serán recibidos por el presidente Donald Trump.

Urdangarin tenía hasta ayer para ingresar en la cárcel, después de haber sido condenado el pasado martes tras ser hallado culpable de malversar en beneficio propio, junto a su socio Diego Torres, millones de euros donados por organismos públicos al Instituto Nóos, una fundación sin ánimo de lucro que él presidía.

Los hechos tuvieron lugar entre 2004 y 2006 principalmente en las islas Baleares, y le valieron la condena por "los delitos de prevaricación continuada y malversación, tráfico de influencias, fraude a la Administración y dos delitos fiscales", según indicó el tribunal en un comunicado.

La pena de prisión del Supremo, en segunda instancia, supuso una leve rebaja respecto a la condena pronunciada inicialmente en febrero de 2017: seis años y 3 meses de prisión, además de una multa de 512.000 euros.

A su vez, la infanta Cristina se convirtió durante el proceso en el primer miembro de la actual familia real en sentarse en el banquillo de los acusados por presuntos delitos contra la Hacienda pública, aunque fue absuelta.

No obstante, el Tribunal Supremo confirmó su responsabilidad civil como beneficiaria de las ganancias obtenidas por su marido, y le impuso una multa de 136.950 euros (inferior a los 265.000 euros dictados en primera instancia), una suma que de todas maneras ya restituyó. Durante todo el proceso, Cristina negó conocer las actividades de su marido y explicó haber actuado con total confianza./