¿Hacia la legalización? | El Nuevo Siglo
Viernes, 15 de Enero de 2021

• Marihuana en México y Estados Unidos

• La política antidroga colombiana

 

 

La dramática y muy sangrienta historia del narcotráfico en nuestro país tendrá dos puntos de inflexión en los próximos días con la legalización de la marihuana en México y Estados Unidos, pendientes del último tramo del trámite parlamentario y con la puesta en marcha de la política de Joe Biden frente a las drogas ilícitas.

En noviembre de 2020, el Senado mexicano aprobó la legalización de la marihuana con fines recreativos, medida que ahora está bajo estudio de la cámara baja, que emitirá la ley respectiva el próximo mes de febrero. La iniciativa cambia el panorama de la lucha contra el narcotráfico.

Uruguay, Canadá y quince estados de Estados Unidos los habían precedido en la legalización. Vale señalar que los carteles mexicanos no obtienen sus máximos réditos de la marihuana sino de la cocaína, el fentanilo (que les permitió apropiarse del mercado que abrieron legamente los laboratorios farmacéuticos productores de analgésicos opioides en Estados Unidos) y otras drogas sintéticas. También, como ocurre en Colombia, los carteles mexicanos han extendido por Latinoamérica modalidades de crimen como microtráfico, préstamos gota a gota y extorsión a industrias y comercios de la economía legal. En los próximos meses se verá cómo la legalización mexicana –de ser aprobada- incidirá en el mercado y los factores de salud pública. Como se sabe, también hay sectores mexicanos, aliados al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que esperan no solo la legalización de la marihuana sino de la cocaína y las drogas sintéticas.

De otra parte, hay varios planteamientos alusivos al tema en las “Recomendaciones del equipo Biden-Sanders” presentado en julio pasado ante el Comité Nacional del  Partido Demócrata. Contiene la relación de los compromisos de campaña a poner en marcha en la presidencia, entre ellos una reforma de la justicia penal y cambios en  la guerra contra las drogas que iniciara Richard Nixon, en 1971. Entre los principales objetivos que plantearon está despenalizar el uso medicinal de la marihuana a nivel federal, eliminar todas las condenas vigentes por uso y posesión de marihuana y permitir que los estados determinen libremente los lineamientos para el uso recreativo. También plantean poner fin a la guerra contra las drogas y anuncian el tránsito hacia la prevención como el foco de la seguridad pública.

Como en el caso de México, la ley de legalización de la marihuana en Estados Unidos ya fue aprobada en una cámara y está bajo estudio de la otra, pero los efectos de la medida se conocen mejor allá y arrojan mensajes contradictorios. En Colorado, por ejemplo, con la marihuana legal desde 2014, el promedio de adultos consumidores creció -duplica la media nacional-, aumentó considerablemente el número de pacientes en urgencias por problemas de consumo y subió la incidencia de casos de salud mental. Los impactos en salud pública y en seguridad de la tendencia a la legalización son por ahora impredecibles, pero tendrán sin duda enorme impacto en Colombia.

Al contrario de lo que ocurre en México y algunos estados de EU, el gobierno de Duque, en Colombia, viene intensificando la lucha contra las drogas, incluida la marihuana. Será muy importante saber cuál es la posición del nuevo gobierno de Estados Unidos al respecto, inclusive habiendo sido el nuevo presidente Joe Biden uno de los artífices del Plan Colombia.

Muy importante en ese sentido, pues, saber de la cancillería colombiana cuál será la política a adoptar y si se mantiene integralmente frente a la nueva plataforma que se plantea en el país del Norte. Para ello es igualmente fundamental informar públicamente lo que ha sido la batalla contra las drogas durante el gobierno del presidente Duque. Como se sabe, desde el 2014 el país ha sufrido un apogeo en los cultivos ilícitos y lo máximo que se ha logrado es suspender la tendencia al alza, pero en todo caso manteniendo una meseta de alrededor de 200 mil hectáreas, lo que sigue siendo una cifra ampliamente escandalosa y que ha llevado a una creciente comercialización de los alcaloides. En el mismo sentido, es claro que el microtráfico se ha incrementado en el país.

Colombia debe tener una política antidroga autónoma. El caso de la legalización de la marihuana en México, bajo el gobierno socialista de López Obrador, es un momento para poner ojo avizor en el tema cuando se sabe, por demás, que hoy son los carteles mexicanos los que manejan buena parte de la producción y comercialización de la droga en la nación colombiana.