El Informe Bronner | El Nuevo Siglo
Lunes, 17 de Enero de 2022

El pasado 11 de enero le fue entregado al presidente Emmanuel Macron el informe preparado por una comisión de expertos presidida por el sociólogo Gérard Bronner para hacer frente a la desinformación en internet y reencontrar “el espíritu de la Ilustración en la era digital”.

Consciente  de la necesidad de no  afectar las libertades de expresión, de opinión  y de información -esenciales en la democracia-, pero también de la urgencia de proteger el derecho a una información libre y de calidad, y concretamente combatir la creciente utilización de los medios digitales por diversos difusores de odio y agentes de los “extremismos, la discordia, la violencia, las derivas sectarias y los obscurantismos”, el presidente francés encargó el referido informe que fue elaborado en menos de cuatro meses, atendiendo el llamado a salvaguardar el “espacio epistémico común  necesario a la  confrontación de opiniones, de ideas y de valores”, es decir, a proteger  la vida democrática y la cohesión social.  

El informe desarrolla en seis capítulos: i) la comprensión de mecanismos psicosociales que hacen a las personas vulnerables a las falsas informaciones y  las herramientas tendientes a limitar sus efectos, ii) la explicación de lógicas algorítmicas que manipulan  las creencias y comportamientos, iii) la economía de la desinformación, y en particular la publicidad programática, iv) las interferencias  informáticas internacionales en los procesos electorales ligadas a la competición estratégica entre naciones y bloques, v) las posibles opciones  jurídicas  para prevenir o sancionar la desinformación, particularmente en materia civil, y vi) la educación en medios e información, y pedagogía del espíritu crítico.

Dentro de las treinta recomendaciones concretas que se enuncian en el informe se destacan las de fortalecer la formación de los jóvenes en el discernimiento y la capacidad de análisis y de brindar al sistema educativo y a los centros de investigación recursos y personal suficiente para el efecto. Así mismo, la de comprometer la responsabilidad civil del difusor de mala fe de una noticia falsa perjudicial, la cual podría "ser proporcional al carácter viral de la difusión y la popularidad digital de su autor".  

De otra parte, se recomienda que la Autoridad Reguladora de la Comunicación Audiovisual y Digital pueda ser requerida “por cualquier persona que haya encontrado dificultades para obtener la intervención y cooperación de una plataforma con el fin de impedir o detener la difusión masiva de contenidos susceptibles de transmitir noticias falsas que puedan perturbar el orden público, o para impugnar una decisión que afecte uno de sus contenidos".

La Comisión advierte que la publicidad de ciertas marcas financia desinformación, lo que sucede a menudo sin su conocimiento, por lo que exhorta a las empresas a rendir cuentas. Además, señala la necesidad de promover la inversión publicitaria responsable por parte de las empresas, fomentando el uso de listas de exclusión e inclusión de sitios web como por ejemplo storysy. El objetivo, dice el informe, es desmontar gradualmente la economía de las falsas noticias. 

También pide a las plataformas participativas o a los canales monetizados de YouTube que adopten las mejores prácticas. Los invita a "utilizar empresas que proporcionen evaluaciones de credibilidad de sitios web u obtener una etiqueta reconocida que incorpore la preocupación de no financiar sitios tóxicos".  Este incentivo podría implementarse a través de beneficios tributarios. Y se recomienda que los medios de prensa tradicionales "prohíban en sus espacios publicitarios los enlaces a sitios de desinformación”.

Por último, el informe Bronner sugiere "un exigente régimen de cooperación con las plataformas y la creación de un grupo de trabajo en la OCDE en un espíritu de corregulación". El objetivo es trabajar hacia una armonización internacional de la legislación sobre las obligaciones de las plataformas.  

Más allá de las especificidades  de algunas recomendaciones entendibles solo en el contexto nacional francés, y de algunos puntos que podrían resultar controversiales, este informe bien podría servir de referente para nuestras propias reflexiones nacionales en la materia, teniendo en cuenta  que el diagnóstico que en él se realiza de esos fenómenos no tiene, como las redes, fronteras geográficas, y que los retos que se plantean son prácticamente los mismos en todo el mundo.

@wzcsg