Sobre las presidenciales | El Nuevo Siglo
Lunes, 17 de Enero de 2022

A principios de año a la gente le gusta saber qué se augura para el que comienza, es decir el que transcurrirá hasta que la tierra se encuentre de nuevo en el mismo punto en su ruta alrededor del sol. Recordemos que el comienzo del año no es el mismo para todo el mundo, los chinos celebran el Año Nuevo Lunar que este año cae el 1 de febrero y se llamará “del Tigre de Agua”. Aparecen adivinos y brujos (prohibidos en la Biblia) y astrólogos que dicen sin temor a equivocarse que este año habrá guerras (las ha habido desde que la humanidad existe), que morirá una personalidad política (para lo que hay varios candidatos), terremotos y tsunamis y pestes. Para eso no se necesita bola de cristal.

Yo voy a aventurarme a hacer un análisis, quizá conjetural, respecto del futuro, luego de un año muy difícil para Colombia y para el mundo. Pero debo decir que aun no entiendo por qué las cifras de aceptación del presidente Duque son tan bajas si ha logrado que, a pesar de la pandemia y de los paros, la economía crezca más que en varias décadas y se ha logrado un récord de vacunas y mucha gente en estado de vulnerabilidad ha podido defenderse. Y, en cambio, las de Petro son buenas cuando todos sabemos que ha sido uno de los peores alcaldes que ha tenido Bogotá -ciudad donde hay muchos petristas-y es responsable en buena medida de los paros que afectaron el país y causaron tantas muertes y al que el video de las bolsas no le produjo ni cosquillas, pero sí le dio para ir a descansar en el hotel más lujoso de Madrid.

Me voy limitar a las elecciones presidenciales, porque de ellas dependerá el futuro de Colombia.  Si gana Petro, nos ha prometido que se quedará en el poder al menos veinte años a imitación de Castro, Maduro y Ortega, y que le va a quitar las fincas a Uribe y va a sustituir la exportación de minerales por la de aguacates y va a poner a funcionar la imprenta de billetes del Banco de la República, hasta lograr una inflación superior al mil por ciento, a ejemplo de Venezuela. Es necesario, por consiguiente, que los que no somos socialistas del siglo XXI, vayamos unidos si queremos evitarlo.

Yo firmé la candidatura de Federico Gutiérrez. Nunca lo había hecho por nadie. Pero no sé si Fico llegará a la primera o a la segunda vuelta. En la consulta de marzo voy a votar por la coalición del Equipo por Colombia, que reúne gente seria de centro derecha. Las otras coaliciones son pésimas: la del Pacto Histórico es la más mala y ahora que cuenta con Benedetti y Barreras aún peor. Y de la Centro Esperanza no ofrece nada distinto de la política que tanto daño le ha hecho al país, con Cristo, Robledo, Gaviria y Galán -quien no parece haber heredado nada de su padre, buen amigo mío a quien respeté-. No hay mucho para escoger.

Del Equipo Colombia se retiró como precandidato Echeverry y es probable que lo haga Peñalosa por no tener aval ni firmas. Pero han entrado los cristianos y ojalá entraran Zuluaga que, si va solo, probablemente no clasifica pero puede aportar varios millones de votos y Salvación Nacional. De Char no sé mucho y nos quedan Barguil, que va a poner los votos conservadores, Dilian Francisca Toro los de la “U” y Fico. Salvo modificación de circunstancias, votaré por el último.

Por si les sirve.