De Teherán a Bogotá | El Nuevo Siglo
Jueves, 16 de Enero de 2020

A principios de septiembre del 2008, Hugo Chávez anunció al mundo que realizaría un viaje a Teherán, Irán. No, era el primer viaje. Ya, se habían presentado 8, ocho, con el fin de impulsar la penetración silenciosa de la guardia revolucionaria en toda la región suramericana a través de la figura de los agregados culturales y comerciales.

Irán, consideró que era una oportunidad de oro la que brindaba Chávez. Los iraníes, cada vez más cerca de los EE.UU.

Los antecedentes de las relaciones diplomáticas entre Irán y América Latina, tienen su punto de partida en la década de los ochenta del siglo XX, cuando la alianza tripartita entre Alemania Occidental, España y Argentina dio sus frutos para construir la primera planta nuclear en Busher, Irán. Hacia 1987, se firmó el primer contrato entre el INVAP y el CINT a cambio de U$ 5.5 millones.

Para el caso colombiano, se remonta al fallido proceso de paz con las Farc, de Tirofijo, junto con su silla vacía, dejando plantado a Andrés Pastrana. Los iraníes buscaban la instalación de un “frigorífico” en el Caguán, con el fin de exportar carne al país islámico.

La penetración silenciosa iraní en la región llegó a tal punto que para el 4 de mayo del 2016 desembarcó en Bogotá una delegación, aprobada por la entonces canciller Holguín, con el fin de establecerse a largo plazo y de manera permanente bajo el argumento de mejorar las relaciones de intercambio comercial y cultural entre el país islámico y Colombia.

Los convenios nucleares entre Irán y la región tuvieron un nuevo oxígeno con la llegada de los Kirchner al poder.

Al comienzo, Néstor, el visco, fue muy parco teniendo en cuenta que estaba reciente el pavoroso atentado perpetrado el 18 de Julio de 1984 en  Buenos Aires a la Amia, Asociación Mutual israelí argentina, donde asesinaron a 80 personas e hirieron a  más de 600.

De tal forma que, para el 2006, después de doce años de investigación, el fiscal especial a cargo, Alberto Nisman, basado en informes de los servicios de inteligencia argentino, estadounidense e israelí; acusó formalmente al gobierno de Irán de planificar el atentado y  Hezbollah de ejecutarlo.

Para el 2013, Nisman sostenía que la comisión de la verdad escondía un acuerdo para intercambiar petróleo por cereales. Nisman, iría más lejos en sus investigaciones a tal punto que encontró evidencias de lavado de dinero, activos, tráfico de armas, drogas y demás.

Un domingo 18 de diciembre, Buenos Aires se despertó con una noticia que estremeció a toda la Argentina.

El fiscal Nisman apareció muerto en su apartamento de un balazo en su cabeza. Una muerte de un fiscal, sería una muerte de un fiscal. Pero, este asesinato se trató del fiscal Nisman. El fiscal más relevante del momento.

Algo así, como si en Colombia asesinaran al fiscal que lleva las investigaciones el caso de Odebrecht.

Según Brascesco: Nisman, tenía todas las carpetas sobre la relación nuclear entre Irán y Argentina con sus oscuros movimientos.

Al tenebroso asesinato de Nisman se le sumó que a la siguiente semana sería llamada Cristina K por traición a la patria y enriquecimiento ilícito.

Sin embargo, los argentinos la volvieron elegir, vaya usted a saber con cuáles oscuras intenciones.

Puntilla: Continuará…