El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza.
Leonardo Da Vinci
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca es una de las corporaciones ambientales más importantes del país, con grandes retos y metas por cumplir.
Su nuevo presidente, el doctor Luis Fernando Sanabria, de origen boyacense, tiene la responsabilidad de salvaguardar los recursos naturales que protegen, dan vida y sostienen el bosque, en partes sepultado por las moles de cemento de la capital del país.
El exalcalde Enrique Peñalosa tuvo un ambicioso proyecto de volver a darle vida y navegabilidad al rio Bogotá que agoniza en Chía y muere en su trayecto por la capital, pero como todo buen político quedó en un simple sueño de campaña.
Porque mientras no se trabaje de la mano, con las Corporaciones Ambientales, el ministerio, ONG’s y especial con la comunidad, para recuperar nuestras cuencas hídricas y para salvaguardar nuestras montañas y paramos, que son la fuente de oxígeno y de agua, no habrá esfuerzo que valga la pena.
Este tema debe der una política prioritaria para la Alcaldía y el Concejo de Bogotá. Hoy vemos a varios concejales que realmente se están preocupando por la ciudad y su entorno, como lo está haciendo Rolando González, quien lidera la oposición al actual gobierno. Esto hace que las políticas de la ciudad se debatan a fondo y se tomen decisiones en favor de la ciudad, de sus habitantes y del medio ambiente.
El nuevo director de la Car le apuesta a la fábrica de agua, donde el mayor beneficiado es la capital del país porque allí convergen el 20 % de la población colombiana y el consumo de agua y oxigeno es muy elevado. A este gran reto deben sumarse el Estado y los habitantes de Bogotá y sus alrededores.
Estas buenas intenciones deben verse reflejadas en hechos reales, las Corporaciones Autónomas Regionales, deben pasar de la burocracia y la corrupción a ejercer su labor Constitucional.
Necesitamos más sanciones para quienes contaminan el río, y establecer urgentemente programas de restablecimiento de los ecosistemas, prioritariamente el rio.
Señor Sanabria: usted empezó con pie firme haciendo cambios a nivel interno en la Corporación, como lo es suspender líneas de celular que superaban los 100 millones de pesos, quitando privilegios para los directivos, como los vehículos y los viáticos, puede usted marcar un hito en la historia del país como el protector de nuestros ecosistemas y del recurso más preciado del universo: el agua.
Salvemos nuestro río Bogotá, y no dejemos morir la gran laguna de Fúquene que agoniza en manos de los acaparadores de tierra y de quienes la convirtieron en una cloaca.
Producir oxígeno puede ser el negocio más eco sostenible para los habitantes de la región y sobre todo los vecinos de los páramos. Porque tan solo en Bogotá necesitamos la producción de oxígeno de un árbol por cada habitante y tenemos un árbol por cada 7 habitantes. Y si hay árboles y páramos, hay oxígeno y agua y por ende tenemos vida.