Un viejo villano | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Enero de 2020

El transporte en general ha sido descrito como el villano del medio ambiente más importante del mundo. Un depredador de recursos no renovables. Combustibles fósiles principalmente. El cambio climático, el calentamiento global, el agotamiento de la capa de ozono, la lluvia ácida, así como la polución del aire y el ruido han hecho obligatorio examinar el rol del transporte en hacer un planeta menos habitable cada día.

Cómo dijo José Egurbide, en su libro en 1995 [Stop Biting The Hand That Feeds Us], “(…) como resultado de décadas de prácticas de desarrollo descuidado, nuestra generación ahora esta confrontada con la realidad de un daño ambiental irreversible”.

En principio la contribución de la aviación a la destrucción de la capa de ozono es atribuida a la emisión de los óxidos de nitrógeno emitidos por las aeronaves que realizan vuelos supersónicos. Más tarde, se concluyó que las aeronaves que vuelan subsónicamente también contribuyen a la destrucción de la capa de ozono mediante el proceso sulfúrico por las partículas de azufre que emiten los motores de las aeronaves.

Este tema medio ambiente y transporte aéreo no es un tema nuevo. Es un viejo nuevo problema al que últimamente se culpabiliza muchísimo más de la destrucción del medio ambiente y de ser un villano que no contribuye a la sostenibilidad del planeta.

No entro a discutir sobre el impacto que produce la aviación al medio ambiente.  Aunque la contribución de contaminantes de la aviación es del 3% de fuerzas radiactivas y del 2% de emisiones de dióxido de carbono, es el único modo de transporte que las deposita directamente en la atmósfera superior por lo tanto contribuye directamente al calentamiento global y al agotamiento de la capa de ozono. Ese es el pecado.

La solución a esta problemática no es proponer no usar más el avión y juzgar implacablemente a quienes lo usan. Hay que anticiparse y 0esto se hace teniendo en cuenta que el transporte aéreo, a diferencia de los otros modos de transporte, ya es el modo de transporte que más está creciendo en este siglo XXI. De hecho, crece en promedio en el mundo un 5% anual y en algunos países como Colombia crece incluso a dos dígitos.  Esto plantea un gran reto para la industria aérea respecto a la sostenibilidad de la misma. Colombia tiene metas trazadas de crecimiento que aspiran a los 100 millones de pasajeros transportados para el 2030. El mundo aspira a duplicar el número de vuelos en 20 años. Es decir, el crecimiento de la industria sobrepasa con creces cualquier avance tecnológico, si es que existe alguno, para reducir el ruido, las emisiones de dióxido de carbono y de óxido de nitrógeno.

La aviación no se va a acabar. Le debemos mucho. Nos hizo más pequeño el mundo, pero debe volverse sostenible. Esto se logra entendiendo que, aunque queramos, nada es como antes y todo como lo conocemos va a cambiar. Y en esa línea la aviación debe seguir siendo lo que es, pero evolucionar sosteniblemente.

@ReyesJuanfelipe