¿Vaivén ministerial está quitando margen al gobierno? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Martes, 28 de Enero de 2020
Redacción Web
Hasta el momento el presidente Duque no ha dicho públicamente que vayan a darse cambios. Sin embargo, crece el sonajero

____________

EL presidente Iván Duque se debate entre las posibilidades de abrir su gobierno para tener mayor fuerza parlamentaria o mantenerse con la coalición actual que ha demostrado ser minoritaria.

Para algunos del partido de gobierno, es decir el Centro Democrático, la apertura significaría ceder ante la llamada “mermelada”. Este fue el calificativo utilizado por la oposición al gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos que había logrado una mayoría abrumadora en el Congreso de la República.

De hecho, el representante a la Cámara por el CD, Gabriel Santos, ha venido sosteniendo que el presidente Duque podría perder su principal bandera de la transparencia política por conseguir las mayorías parlamentarias.

No obstante, otros sectores del CD aducen que es necesario ampliar la representatividad política en el gabinete a fin de sacar avante los proyectos gubernamentales pendientes. Frente a ello, lo que parecería claro, entre la ola de rumores sobre la materia, es que el Centro Democrático mantendrá los ministerios principales.

La nueva situación política se suscitó a raíz de la moción de censura presentada contra el entonces ministro de Defensa, Guillermo Botero, que finalmente llevó a su renuncia. Esto se produjo principalmente porque uno de los partidos oficialistas (La U) y los partidos declarados independientes como Cambio Radical y el liberalismo votaron contra el ministro, enviando una señal de lo que podría venirse para el Congreso en el 2020. Es decir, que el instrumento de control político podría ser usado reiterativamente, con mociones de censura adicionales.

A ello se sumó la crisis originada en la embajada colombiana en Washington que finalmente llevó a la renuncia del embajador Francisco Santos en las últimas semanas. El enroque de Carlos Holmes Trujillo en el ministerio de Defensa y el nombramiento de la exsenadora Claudia Blum en la cancillería no atemperó el telúrico cauce de la política.

Al mismo tiempo la denominada “Conversación Nacional” por parte del presidente Duque, luego de las marchas del 21 de noviembre pasado, le permitió tomar un respiro y tratar de configurar una agenda nacional aún en ciernes. El nombramiento de Diego Molano como coordinador del tema, en la Casa de Nariño, ha servido para tratar de generar un enfoque puntual. Hasta el momento, lo único claro es que existen 104 lineamientos a discutir, de los cuales el Gobierno ha dicho que solo un porcentaje de ellos son razonables. Del mismo modo, Molano ha reiterado que el Gobierno hablará tanto con los que han estado en el paro como con el resto del país.

En ese sentido, la convocatoria a la protesta social del pasado 21 de enero, no tuvo las repercusiones que se presumían. Existe un consenso general de que predominaron los hechos vandálicos y que la gente prefirió abstenerse de participar.

Dentro de ese ambiente, al cambio de año, el tema del gabinete sigue siendo el alimento cotidiano del cotilleo político. En realidad, el presidente Duque no ha dicho nada públicamente sobre el tema, pero desde hace tiempo en los mentideros políticos se da por descontado que esto va a ser así. Así las cosas, las apuestas están en si finalmente Cambio Radical y La U harán parte de la nueva composición ministerial. Igualmente se mantiene la incógnita de si el Partido Liberal, en cabeza del expresidente César Gaviria, ingresará al gobierno.

Desde las discusiones de la reforma tributaria, a finales de año, es claro que se dio un acuerdo programático entre el oficialismo y Cambio Radical para sacar avante algunas cláusulas legislativas. En la misma dirección, buena parte del partido de La U votó favorablemente, mientras que en la mayoría de los casos el liberalismo votó negativamente, acorde con los postulados de esa jefatura partidista.

Pero el punto, desde luego, no puede ser eminentemente burocrático, por cuanto de lo que se trataría es de generar una mayor energía gubernamental y un horizonte más cierto, con base en la coalición que pueda salir del Congreso.

En su momento, durante la administración de Andrés Pastrana, la coalición de entonces se llamó “Alianza por el Cambio”, con amplias mayorías en el Parlamento hasta los escándalos suscitados en la presidencia de la Cámara de Representantes. En los dos mandatos de Álvaro Uribe Vélez se habló del “mano firme y corazón grande”, en torno a los postulados de la Seguridad Democrática. Durante el doble mandato de Juan Manuel Santos el tema fue la unidad nacional en procura de la salida negociada con las Farc. Con la nueva recomposición gubernamental del presidente Duque, en mitad de su administración, no se sabe todavía cuál va a ser el epicentro que suponga un acuerdo político de la envergadura del que se pretende, con una holgada mayoría parlamentaria.

Muchos son pues los nombres que se cacarean para uno u otro ministerio. Sin embargo, hasta el momento Duque no ha dicho “esta boca es mía”. De hecho, ni siquiera ha sugerido públicamente que pueda haber un cambio de norte político. Se sabe que la “Conversación Nacional” tiene plazo hasta el 31 de marzo. En la misma medida, las sesiones del Congreso se abrirán el 15 de marzo. No se sabe si el Presidente se tomará este tiempo para recomponer su gabinete, en caso de que realmente lo quiera. Entre tanto, luego de varias semanas de incertidumbre, lo que está claro es que comienza a darse un desgaste innecesario.