El poder del ejemplo | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Enero de 2021

En su discurso de posesión Joe Biden al dirigirse al mundo y referirse a lo que puede esperarse de Estados Unidos después de la pausa insufrible y desalentadora del periodo Trump, manifestó: “Repararemos nuestras alianzas, y nos relacionaremos con el mundo otra vez. No para enfrentarnos a los retos del pasado, sino a los del presente y a los del mañana.” y exhortó: “Y no solo predicaremos con el ejemplo de nuestro poder, sino con el poder de nuestro ejemplo.”

En otras circunstancias, tal vez estas palabras se percibirían como retórica, pero este no es el caso. Pues grande es la tarea de reparación que comenzó el cuadragésimo sexto presidente estadunidense desde su primer día, firmando órdenes ejecutivas para retornar al Acuerdo de París, mantenerse en la OMS, detener la construcción del muro en la frontera con México,  y dar un giro fundamental a la política migratoria.

Sin embargo, considero que hay un mensaje más relevante en estas palabras del presidente Biden que invita a retomar una discusión fundamental hoy en las democracias: gobernar con el ejemplo. En las actuales circunstancias de exacerbación de los populismos, ello en sí mimos significa un cambio de agenda. Ya que se trata de ser coherentes entre lo que establece la Ley, y lo que se dice y se hace desde el poder del Estado. Pues, justamente uno de los factores de pérdida de confianza en la democracia es el incumplimiento de la palabra -promesas y programas- así como las malas prácticas y comportamientos que violan la ética de lo público. Y como bien dice Biden es un gran poder el que hay en el ejemplo para impulsar un Estado y un gobierno democráticos.

No hay nada que vulnere más la confianza y legitimidad de los gobiernos y las entidades estatales que el mal ejemplo y la apariencia de verdad. Prácticas como presentar ternas de uno; hacer concursos de méritos para que finalmente prime el acuerdo politiquero; “entregar” el manejo de entidades públicas a grupos para que usufrutuen sus recursos y obtengan réditos electorales; o abusar del poder y de la fuerza. Y podría seguir, pero invito a que cada quien elabore su lista de malos ejemplos que urge corregir.

De otro lado, la pandemia ha sido uno de los mayores laboratorios globales sobre el comportamiento social. Mal que bien nos ha puesto de presente, con dolorosas experiencias, la importancia del dar ejemplo para inducir el acatamiento de medidas o cambios en algunas creencias y hábitos que soportan los comportamientos de incumplimiento de medidas.

En este sentido, cuidado con el mal ejemplo que comienza a verse en algunos países que ya empezaron la vacunación contra el covid-19, pues quienes ostentan algo de poder aducen querer “dar ejemplo” y otras excusas para saltarse la fila del orden de personas priorizadas a ser vacunadas. Y en Colombia como aún no comienza la vacunación, hay tiempo para que se adopten medidas y sanciones. Y lo más importante, que autoridades y funcionarios no se vayan a saltar la fila y mejor ejerzan el fundamento democrático de dar buen ejemplo.

@Fer_GuzmanR