En la fecha en que escribí este artículo 66 millones de personas habían sido vacunadas contra el covid-19 en todo el mundo. 21 millones en Estados Unidos y 15 millones en China, en Suramérica 600 mil llevaba Brasil, 292 mil Argentina, y 64 mil Chile. Al mismo tiempo el número de contagiados en el mundo supera los 5 millones semanales. El planeta entró en una difícil carrera de inyecciones contra infecciones.

En Colombia, según el Plan Nacional de Vacunación, se iniciará la fase 1 que busca inmunizar a 20 millones de personas en febrero, el Gobierno aún no anuncia que fecha de ese mes. Este cronograma se encuentra además en peligro por cuenta de posturas como la del senador Jorge Robledo, quién a través de una tutela busca que se publiquen las cláusulas de confidencialidad exigidas por las farmacéuticas. Cualquier retraso en el inicio de la vacunación es responsabilidad de los demagogos que buscan hacer política con la pandemia y la apuestan al fracaso del Gobierno, así ganan votos y condenan más al país a la pobreza, situación que les sirve para seducir con sus ideas fracasadas.

El gobierno Duque ya compró 29 millones de vacunas (49 millones de dosis), y prohibió la comercialización de la vacuna por parte de privados. Por ahora, hasta el segundo semestre de este año, esto previniendo que el poder de negociación de los privados pueda afectar el del Estado. No es una medida desproporcionada teniendo en cuenta que busca inmunizar gratuitamente a la población, especialmente a los más vulnerables.

Sin embargo, ¿no habría sido más rápido que el Gobierno se dedicara a vacunar gratuitamente a las poblaciones más vulnerables y permitiera que quienes pueden pagar por la vacuna lo hicieran desde ahora?

Según el Ministerio de Salud, el país requiere vacunar a 34.200.000 personas. Hagamos el siguiente ejercicio: Pfizer vende cada dosis a 12USD, un privado podría comprarlas y venderlas a 18USD, 65 mil pesos aproximadamente. Como se requieren dos dosis, cada colombiano podría vacunarse con privados a 130 mil pesos, supongamos que solo se vacunan los padres (mayores de 16), una familia se vacunaría por 260 mil pesos. En Colombia el 20% de los hogares gana más de cuatro salarios mínimos, muchas de estas familias estarían dispuestas a invertir menos del 7% de sus ingresos en vacunarse. Esto podría hacer que cerca de 3.5 millones de personas pudieran vacunarse pagando (sin contar las que podrían comprar las prepagadas).  En este escenario el país no requeriría más esfuerzos para adquirir más vacunas que las que ya consiguió.

Ahora bien, el Gobierno podría usar como argumento en contra de esta propuesta el uso del poder de negociación de privados. Sin embargo, si las vacunas que adquirieron son de Pfizer, Jansenn, y AstraZeneca, podrían permitirle a privados desde ahora negociar con Johnson & Johnson o Moderna, por ejemplo. Así lograríamos aumentar la velocidad de vacunación. Mientras no pisemos el acelerador, las infecciones seguirán ganándole a las inyecciones.