Carlos Holmes Trujillo hizo una larga carrera política en nuestro país no para brillar sino para servir. Había tenido el ejemplo de su padre, quien también hizo política toda su vida en su natal, Cali. Ambos fueron brillantes, preparados, honestos, Ambos brillantes oradores. Tuvimos la fortuna de conocer y tratar al progenitor. De un muy gentil trato personal, nunca salió de su boca un agravio para un contradictor o adversario. Lo mismo se puede decir del hijo. Fueron dos almas nobles y gallardas. Ambos pretendieron la primera magistratura pero ambos se fueron a una edad relativamente temprana.
Eran liberales convencidos pero tenían talante conservador. Quizás por ello mismo se desenvolvieron también en tantos y tan distintos escenarios. Y aunque fueron figuras de dimensiones nacionales nunca olvidaron su terruño valluno y su querido Cali. En estos momentos de profunda incertidumbre, la partida de Carlos Holmes, hijo, deja profundos vacíos e interrogantes. Por ejemplo, ¿quién será finalmente el candidato presidencial para el 2022 por parte del Centro Democrático? Se habla mucho de Oscar Iván Zuluaga, pero nosotros seguiremos creyendo que el hombre a escoger es Luis Alberto Moreno.
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Está en las librerías la biografía de Joe Biden, el recién posesionado presidente de los Estados Unidos.
"El fracaso en algún punto de la vida es inevitable, pero darse por vencido es imperdonable" ha sido la divisa que ha alentado toda su vida. Un político profesional con cinco décadas al servicio del Congreso de su país, finalmente logró llegar al Salón Oval, luego de intentarlo en tres ocasiones.
Cuando Barak Obama subió al poder e hizo historia por ser el primer afroamericano en lograrlo, Biden lo acompañó como segundo a bordo .Durante la última campaña, Biden tuvo que enfrentarse a un inescrupuloso Donald Trump, que llegó a decir "Los demócratas son socialistas. Vienen a destruir todo lo que ustedes tienen". Siempre ha querido que se le vea como "un político de transición". Con un gran calor humano, gusta mucho del diálogo directo y, quizás habla más de la cuenta y por ello son famosas sus "metidas de pata".
Sin embargo se avecina una nueva era. La era de la serenidad y la reflexión, luego de los caóticos años trumpistas. No son pocos los analistas que consideran que Biden recuperará para su país la estabilidad y la grandeza que le había hecho ocupar un lugar de liderazgo mundial. La tarea no será nada fácil porque su antecesor tumbó muchos puentes y dañó muchas alianzas. Pero ya comenzó su tarea: regresó al Acuerdo de París y a la lucha contra el cambio climático. Se esperan buenas relaciones con Latinoamérica y, en especial con Colombia.
Adenda
Tino y severidad deberá tener la JEP para juzgar a los exfarc, sin poner en peligro los logros de los acuerdos de paz. Los crímenes de lesa humanidad, especialmente el secuestro y los genocidios, no pueden quedar impunes.