Dos espías en Caracas | El Nuevo Siglo
Domingo, 17 de Febrero de 2019

A Moisés Naím lo conocíamos como agudo comentarista de televisión y periodista especializado en temas económicos. Dos espías en Caracas es su primera incursión, excelente por lo demás, en la novelística. La novela de Naím es en realidad una obra histórica, donde probablemente el 90% de los episodios y circunstancias relatadas más que a la ficción obedecen a la realidad. Una realidad que como venezolano Naím conoce de primera mano.

Dos espías en Caracas describe el periplo de Hugo Chávez desde su nacimiento político con el primer golpe de Estado que dio hasta su muerte. Es, en realidad, la historia política de Hugo Chávez.

Lo que más impresiona en esta novela es cómo Cuba, y concretamente Fidel Castro, se fueron apoderando poco a poco primero del alma de Hugo Chávez y luego de todas las palancas del poder en Venezuela. La injerencia de Cuba y de su jefe, bien conocidas por lo demás, encuentran en esta novela una exposición ordenada y dramática al mismo tiempo.

El alejamiento de los patrones democráticos que hoy estamos presenciando con el régimen de Maduro, hunde sus raíces en la invasión cubana en todos los campos que comenzó desde el primer Gobierno de Hugo Chávez.

El uso de las armas para mantenerse en el poder fue el primer consejo que Chávez recibió de Castro, consejo que cayó en tierra fértil y que ha pelechado hasta los días de Maduro. Hay un diálogo en la novela que a mi entender lo resume todo, y que vale la pena transcribir:

“Cuidado, le dice Castro a Chávez en una de sus innumerables visitas a La Habana. No te lo creas. Desconfía del poder si no viene de las armas. Tienes demasiados enemigos y, si de verdad quieres ayudar a los pobres, necesitarás hacer cambios profundos que te crearán aún más enemigos. Enemigos muy peligrosos. A ésos no los vas a poder manejar en democracia. Necesitas neutralizarlos por completo y por todos los medios posibles. -Hegemonía total. El Presidente toma nota de ése y de otros tantos sabios consejos -. Mao dice que el poder nace de la boca de un fusil, ¡y tiene razón! La democracia es una farsa burguesa -sigue Fidel, amenazante: El poder se ejerce a fondo o se pierde por completo. Un líder verdadero no consulta, ordena……….

Que no te pase como a Allende -le dice en ominosa alusión al presidente socialista chileno que llegó al poder ganando una elección y fue derrocado por un golpe militar en 1973-. Mira que yo conozco bien esa historia. Yo me mudé para Santiago de Chile por un mes a ayudar a Allende y lo vi todo. Y vi con estos mismos ojos las trampas que le montaron. Por no hablar de las que me montaron a mí en todos estos años. Pero contra mí no pudieron. Yo te quiero dar toda la ayuda y los conocimientos que tenemos del tema para que no te pase lo mismo a ti. Porque, si te matan o te tumban, se acabó la revolución. Y eso tú no lo puedes permitir”.

Esta novela lo deja a uno pensativo. Si la influencia tan profunda  como llegó a ser la de la Cuba de Castro en la Venezuela de Chávez se continúa actualmente con el régimen de Maduro, y no hay motivos para dudar que así no siga siendo, la pregunta obvia que le queda flotando en la cabeza al lector es: ¿Habrá alguna posibilidad de que se pueda caer Maduro? A mí al menos me quedaron sembradas serias dudas después de leer esta novela.

Maduro desde luego no tiene ni la inteligencia ni el liderazgo de Hugo Chávez, pero dice seguir su legado a pie juntillas. Y si su legado se lo siguen dictando, o mejor, imponiendo desde La Habana, allí lo vamos a ver por muchos años más, apoyado en las armas y con una economía destrozada que se irá semejando más y más al modelo cubano: cero democracia y aguantar 30 años si es necesario como lo hizo Cuba el bloqueo y el ostracismo internacional.

Poco optimista pronóstico; pero tal es el sinsabor que le deja al lector la novela de Moisés Naím.