Milicogate chileno: cúpula desvió los fondos reservados | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Viernes, 22 de Febrero de 2019
Agence France Presse

LA  buena vida que la cúpula militar mantuvo durante años por cuenta de los fondos reservados del ejército, una de las aristas de la megacausa "Milicogate", que investiga un fraude millonario en el seno de la institución fue destapada por la justicia chilena.

Sobres mensuales con dinero para la cúpula militar, regalos pagados por el Ejército para esposas de altos mandos y autoridades, viajes y viáticos para señoras, incluidos los de placer, o ayudas para "ropas adecuadas" son algunas prebendas que salieron de los fondos reservados, según la jueza Romy Rutherford, encargada de la instrucción de esta causa.

Rutherford ordenó el pasado  martes la encarcelación preventiva para el excomandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba (2010-2014) por una "malversación de caudales públicos" que asciende a unos 4,5 millones de dólares, según datos del Poder Judicial.

La magistrada -que logró la primera condena en Chile por lavado de dinero-, relata en treinta páginas, reveladas por el diario El Mercurio, las declaraciones de Fuente-Alba sobre el mecanismo utilizado para la supuesta utilización de fondos reservados. El exalto mando, que empezó a ser investigado en 2016 por enriquecimiento ilícito, alega que no hizo más que continuar una vieja práctica.

Además de correr con todos los gastos del mantenimiento y funcionamiento de la vivienda oficial del comandante en jefe, el ejército también prodigaba regalos a las señoras de los generales. Las esposas de los que se retiraban recibían una pulsera de oro con los grados del general y las de quienes ascendían, una medalla. 

A principios de cada año se definían los regalos por el cumpleaños para todos los generales y para las autoridades políticas con las que se relacionaba el Ejército, como por ejemplo, el ministro de Defensa, subsecretarios y presidente de la República, señala la declaración que publica el diario.

Los valores de estos regalos fueron reduciéndose con el tiempo, pasando de 250.000 pesos (unos 380 dólares) hasta 150-200 dólares, indica. 

Sus predecesores en el cargo, al igual que él, recibían una "colaboración" mensual del equivalente de hasta 1.200 dólares en dinero en efectivo en sobres, procedentes de los fondos reservados. Su sucesor lo suprimió en 2017, cuando ya el Ejército estaba bajo escrutinio judicial.

Los viajes de la esposa de Fuente-Alba, cuando lo acompañaba en sus viajes oficiales, también se imputaban a los fondos reservados, una práctica habitual desde 2008, según alega.

En los viajes al extranjero, los generales recibían entre 1.000 y 1.500 dólares para gastos, -además de los viáticos-, dependiendo del grado, aunque el comandante en jefe recibía cantidades de entre 3.000 y 5.000 dólares.

"De comprobarse las acusaciones contra Fuente-Alba, el Ejército de Chile deberá investigar en profundidad el uso de los fondos reservados de, al menos, los últimos 25 años", denuncia el opositor Partido Progresista en una nota recibida por la AFP.

En Chile, las Fuerzas Armadas se nutren de los ingresos multimillonarios procedentes de la llamada "Ley Reservada del Cobre", que obliga a la compañía estatal Codelco -mayor productora de cobre del mundo- a entregar el 10% de las ventas anuales a un fondo totalmente opaco y que sobrevive pese a los sucesivos proyectos presentados en el Congreso para eliminarlo.

La ley existe desde la década del 50, pero durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) se aumentó el porcentaje de los aportes de Codelco a las Fuerzas Armadas.

El ejército se encuentra envuelto en la macrocausa "Milicogate" desde 2016 por fraude y desviación de fondos públicos de la citada ley. 

Otra fuente de ingresos para mandos del ejército era la compra irregular de pasajes aéreos a agencias compinchadas con ellos, a las que compraban los más caros antes de devolverlos y adquirir otros más baratos embolsándose la diferencia.

El pasado noviembre, el ministro de Defensa apartó a 21 generales, el 45% de los altos mandos del Ejército, unas semanas después de que la justicia encausara al segundo mando en rango, el general John Griffiths, acusado de orquestar también maniobras con dinero público para usar a su favor y el de otros oficiales.