Plantean aumentar diesel y gasolina verde en el país | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 20 de Febrero de 2019
Redacción Economía
Señalan que en otros países se le ofrece al usuario una combinación del 15% y de 25% en biodiesel

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Una propuesta para establecer en el país mezclas voluntarias de los biocombustibles tanto en la gasolina como en el diésel, propuso la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos). Este gremio señala en una carta enviada al presidente Iván Duque, que reconoce la importancia para el país de impulsar el programa de biocombustibles, y para asegurar la sostenibilidad del programa el gremio hace seis recomendaciones. Esto ante un posible proyecto que viene trabajando el Gobierno para incrementar las mezclas obligatorias.

Recomendaciones

Dentro de estas recomendaciones se destaca seguir ofreciendo mezclas obligatorias máximo del 10%, sugerencia que realizan los fabricantes a los vehículos que se han comercializado en Colombia, e introducir un programa de mezclas voluntaria con beneficios al consumidor.

El presidente de Andemos, Oliverio Enrique García, dice que “el sector automotor requiere programas de suministro de mezclas voluntarias que no afecte a la flota de vehículos que circula en el país y ofrecer opciones que permitan la introducción de tecnologías aptas a nuevos requerimientos de mezcla. Adicional al impacto técnico en los vehículos convencionales y de emisiones, el aumento de mezclas obligatorias por encima de lo recomendado por los fabricantes pudiera afectar seriamente el comercio de vehículos en Colombia, al igual que limitar la oferta a muy pocas fuentes y marcas”.

Señala el gremio que “no es recomendable fijar porcentajes de mezclas obligatorias de biocombustibles por encima del 10% actualmente vigentes en Colombia, puesto que la extensa mayoría de los vehículos que circulan en el país están recomendados máximo para ese porcentaje y en el caso del diésel, tenemos reglamentado tres puntos por encima de lo recomendado”.

El manual

Las sugerencias de Andemos se basan en lo establecido por la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos Motorizados (OICA), quienes publicaron la Carta Mundial de Combustibles, un manual de buenas prácticas para promover una mayor comprensión de las necesidades de calidad del combustible de las tecnologías de los vehículos de motor y para armonizar la calidad del combustible en todo el mundo de acuerdo con las necesidades del vehículo.

Dicha cartilla proporciona una explicación completa de los diversos aspectos de la calidad del combustible y sus efectos en las emisiones de los vehículos y fija los límites máximos de mezclas de biocombustibles, que para motores convencionales de gasolina es máximo del 10% de Etanol (E10), y máximo en 7% de biodiesel (B7) para motores convencionales de diésel. La cartilla es elaborada por el Comité Mundial de la Carta del Combustible, compuesto por representantes de los fabricantes de automóviles de Europa (ACEA), EE. UU. (AAM) y Japón (JAMA) y Engine Manufacturers (EMA), con miembros asociados de la mayoría de los otros países donde se fabrican automóviles, y con el apoyo de OICA.

Calidad

Indica García que “uno de los principales problemas que enfrentamos en Colombia es que el país carece de un programa de aseguramiento y control de la calidad, y los biocombustibles son muy propensos a degradarse en la cadena de suministro, de manera que la  calidad que entregan las refinerías no es necesariamente de la misma calidad que se entrega al consumidor, y una mala calidad del combustible puede llegar a afectar seriamente los motores y también aumentar las emisiones contaminantes y de efecto invernadero”.

García pone como ejemplo que los productores de etanol en Tailandia han logrado colocar porcentajes de consumo promedio por encima del 25%, donde el costo del galón de mezclas E85 y E20 en las estaciones de servicio es más bajo que el E10; en algunos estados de los Estados Unidos se ofrece voluntariamente a usuarios de vehículos de gasolina mezclas con 15% de etanol y 20% de biodiesel en estaciones de servicio certificadas. Estas opciones voluntarias vienen acompañadas de tarifas diferenciales en el precio por galón para incentivar el uso de vehículos aptos para operar con mayores mezclas que permiten poner en el mercado mayores volúmenes de biocombustibles.

Asociaciones de fabricantes internacionales como la JAMA y la ACEA han manifestado al Gobierno nacional y a la Federación de Biocombustibles en reiteradas ocasiones los inconvenientes técnicos que puedan tener sobre los motores el uso prolongado de mezclas obligatorias por encima de los estándares arriba indicados, incluyendo los equipos de transporte de carga donde la mezcla B10 ya excede el límite máximo recomendado por los fabricantes (B7).

Dado que los biocombustibles son susceptibles a degradarse en la cadena de suministro por y factores como la temperatura, condiciones de almacenamiento y elementos microbiales, incrementar los porcentajes de mezcla obligatoria por encima de las recomendadas por los fabricantes pudiera aumentar el riesgo de causar daños mecánicos en los motores, especialmente si no existe ningún programa que asegure la calidad del combustible en toda la cadena de suministro.

Aumento

Hace un año el Ministerio de Minas y Energía incrementó la mezcla de etanol para las gasolinas que se venden en Colombia, que pasó de ocho al 10%. Esta decisión se tomó debido a las crisis de contaminación que se presentaron en Medellín y Bogotá. Pero además también el gobierno tuvo que afrontar los reclamos del sector de los biocombustibles por las altas importaciones desde los Estados Unidos, que sumaron más de 17 millones de galones en 2017, frente a una producción local de 89 millones galones por parte de las siete destilerías del país; es decir que se importa el 19% de lo que se produce.

Para el caso del etanol o alcohol carburante, hay ocho plantas productoras en funcionamiento, que producen 2,15 millones de litros por día (cerca de 784,5 millones de litros al año). 

El año pasado la demanda de etanol alcanzó los 383,5 millones de litros. Esta, a diferencia del biodiesel, disminuyó 10,3% con relación a 2016, cuando el consumo alcanzó los 427,3 millones de litros. En los seis primeros meses de este año, la demanda llegó a los 203 millones de litros.