Dar pasos en plena realización | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Febrero de 2020

Culminando el segundo mes de este año y amerita un alto en el camino para reflexionar sobre si estamos dando pasos que realmente lleven a plena realización humana, o vamos apenas quemando días. A quienes tenemos aprecio por los valores del espíritu se nos acerca la época cuaresmal, con invitación a considerar si cuanto estamos realizando es o no provechoso para nuestra realización humana, o son pasos, aunque llamativos, que no van dando firmeza a nuestro existir, y tengamos al final de la jornada qué decir, como algún líder famoso: “Aré en el mar y edifique en el viento”. Al elegir una profesión que ocupe nuestros vivir en la tierra, es preciso afrontar estos interrogantes: “¿Qué fines me propongo?”; “¿Qué utilidad para mí realización proyectiva al servicio de la comunidad hay en esa elección y esos esfuerzos?”, Para un futuro personal de valor “¿el estilo de vida que llevo sí va dejando huella positiva en mi vivir y en mi realización humana?”.

Es sabio examinar la vida poniéndola en el crisol y ver si vamos forjando oro en ella por su ideal y las costumbres, o es oropel lo que forjamos.  “La vida vale lo que vale el pensamiento que la guía”, se ha dicho con sabiduría. Si nos apoyamos en valores superiores, y los cultivamos, vamos dando a la vida sabor de eternidad. Es de hacer sincero examen sobre en qué estamos poniendo la confianza, en qué estamos cimentando la vida. Hay atracción a poner la ilusión en el dinero, que es necesario para supervivir, pero ¿será el dinero base estable de una personalidad? Hay atracción a colocar el sexo, poniéndolo como ideal para buscar en él insaciable placer por encima de las mismas leyes naturales, ¿habrá allí realización humana? Hay tendencia a no adquirir obligaciones matrimoniales o consagración a servicio celibatario a la humanidad “para vivir la vida”, ¿pero en ello habrá realización, o será lo mejor llevar vida ordenada en un ministerio sagrado al servicio de la humanidad o formar debidamente un hogar, y, si se es creyente católico, buscar elevar la sociedad matrimonial a la dignidad sagrada de Matrimonio Sacramento?         

Desde niños, en la época juvenil y siempre, es preciso, responder a los anteriores interrogantes. Es de recordar el ejemplo de personas realizadas en el mundo, comenzando por nuestros mayores, y ver tantos de ellos plenos al asumir la vida con responsabilidad y debido orden según las leyes expresas o colocadas en lo íntimo del alma por el Creador. Serán personas alegres realizadas en la fidelidad a un programa de vida según las sabias enseñanzas que se han acogido al servicio espiritual o social a la comunidad. Muchos de ellos han sacado adelante un hogar, bajo la bendición de Dios, teniendo unos hijos físicos o espirituales a quienes dedicaron afecto y sacrificios, quedando  perpetuados en ellos, con la seguridad de que esa ruta, tendrá al final  la satisfacción  de quien utilizó bien los talentos recibidos: “Bien siervo bueno entra al premio merecido”, con alegría sin fin ciertamente.

 

Lo anterior es fruto de serena reflexión y sincera convicción, que convierto en invitación a familiares y amigos para dar pasos de plena realización.

*Obispo Emérito de Garzón

Email: monlibardoramirez@hotmail.com