Problemática ambiental del eje cafetero | El Nuevo Siglo
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Domingo, 16 de Febrero de 2020
Alvaro Sánchez

“La región requiere solución ambiental”

Para ninguno de nosotros es desconocida la expresión “Eje Cafetero”, no solo millones de colombianos y extranjeros han estado en estas tierras, sino que prácticamente todos sabemos a qué nos referimos al mencionarla, nos trae a la mente bellos paisajes, centros turísticos envidiables, un clima único y la amabilidad proverbial de su gente. Lamentablemente no solo las cosas van cambiando, sino que además las ventajas del territorio están siendo afectadas por diversos aspectos ambientales.

Siendo, por ejemplo, el departamento del Quindío un modelo que al integrar sus municipios en un proyecto turístico que lo convierte en el segundo destino del país, es interesante observar que está en un segundo o tercer lugar en cuanto a la destrucción ambiental y en cuanto a las afectaciones en salud producto del mismo. De hecho, según estudios del Instituto Nacional de Salud elaborados en 2018, el Quindío ocupa el primer lugar en número de personas, por cada 100.000 habitantes, que mueren por enfermedades que tienen incidencia por la mala calidad del aire y el agua. El Quindío está llegando a la increíble cifra de 54 enfermos que mueren como consecuencia de problemas ambientales por cada cien mil habitantes.

Notoria es la incidencia del factor contaminante del aire, al cual se deben enfermedades tales como; la isquemia del corazón, accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares obstructivas, enfermedades respiratorias agudas y el cáncer de pulmón. No deja de ser extraño que una región eminentemente agrícola y turística, adolezca de este tipo de problemas y supere a ciudades industriales como Medellín, Barranquilla, Bogotá y Bucaramanga; algunos estudios atribuyen el problema al estallido del material de viviendas y edificios que estaban hechos de asbesto-cemento, el día del terremoto hace 20 años en el Eje Cafetero, una gran nube gris se observó durante varios días en el aire del Quindío, acumulación de partículas provenientes de tejas y otro material de asbesto cemento, considerado veneno para los pulmones impregnaron el aire y hoy se están pagando las consecuencias.

El problema del agua no es menor, incide de manera determinante en enfermedades como la diarrea aguda y la disentería; aun cuando es necesario reconocer que en este aspecto la región está en mucho mejor condición que otras regiones del país. Pero el problema ambiental no es ajeno a los vecinos del Quindío y tiene también alta incidencia en Risaralda y Caldas. No es descartable la culpa que puede caber a la contaminación que provoca la fumigación de diversos cultivos, incluyendo el café, con venenos de alto poder.

Como si los problemas ambientales de esta perla del centro del país fueran pocos, en los últimos años el mentado “Eje Cafetero” ha venido perdiendo participación dentro del área cultivada y la producción que en los años 90 fue el gran motor de la economía en la región y que dejó la calidad de la bebida en los estándares más altos a nivel internacional. La pregunta que surge entonces es ¿Por qué está perdiendo importancia esta región en el proceso del café? Y la respuesta tiene que ver también con la problemática ambiental asociada a factores tales como el conocido cambio climático; de hecho estudios concienzudos nos indican que esta zona reducirá en los próximos 15 años entre el 75% y el 90% de la producción de grano.

Dados todos estos antecedentes, quisiéramos conocer ¿cuál es plan del gobierno nacional para proteger este capital turístico y agrícola de todos los colombianos?, ¿cuál es la solución que se plantea? y ¿cuáles son las acciones que se van a tomar para solucionar el problema?