Aunque los hábitos pueden ser difíciles de cambiar, cada año muchos intentan modificar algunos de ellos poco nutritivos, y lo mejor que se puede hacer es priorizar y trabajar en las cosas más fáciles primero.

Ya sea que tenga una serie de costumbres que cambiar o solo una, o dos, hay algunos principios básicos a la hora de navegar a través del proceso de transformación. Por esto, Susan Bowerman, directora senior de Educación y Capacitación Mundial en Nutrición, revela algunos consejos para una transición más armónica:

1. Establezca sus metas de comportamiento y conviértalas en objetivos razonables. Sea específico, por ejemplo: “Quiero estar físicamente en forma” o “voy a comer mejor” son demasiado vagas. En su lugar establezca una meta como “voy a caminar 30 minutos al día” o “voy a empacar mi propio almuerzo dos veces por semana”.

2. Empiece primero con los cambios más fáciles. Una vez que aborde estos y se sienta exitoso, se sentirá motivado para asumir nuevos desafíos. A medida que los pequeños cambios se convierten en permanentes, comienzan a sumarse como nuevos hábitos, convirtiéndose en grandes beneficios para la salud.

3. No piense en “para siempre”. Trate de pasar el fin de semana sin exagerar o intente tomar las cosas un día a la vez o incluso una comida a la vez si es necesario.

4. Lleve un registro. Si ha estado intentando aumentar su actividad física, mantenga un registro de los minutos o kilómetros. Si está tratando de reducir la cantidad de dulces que come, establezca un límite para la semana y sígalo. Y celebre cada éxito.

5. Trate de anticiparse a lo que impida sus objetivos y planifique. Si las fiestas son su problema, planee comer un bocadillo antes de ir y decida de antemano cuántas bebidas tomará. Si sabe que va a aplazar las alarmas en lugar de hacer ejercicio por la mañana, coloque el despertador al otro lado de la habitación, justo al lado de su ropa de entrenamiento.

6. Practique el arte de la distracción. Cuando tenga ganas de comer algo que no debe, espere 15 minutos antes de ceder. Lo más probable es que se ocupe haciendo otras cosas y se le olvide.

7. Rompa la cadena. Si la máquina expendedora del trabajo lo tienta cada vez que camina por ahí, encuentre otra ruta para evitarla y no lleve dinero consigo. Para detener los bocadillos nocturnos, cepíllese los dientes en vez de entrar a la cocina a atacar la nevera.