Pese a condena, Sarkozy insiste en su inocencia | El Nuevo Siglo
EL EXPRESIDENTE francés, Nicolás Sarkozy, apelará la condena de tres años por corrupción y tráfico de influencias
Foto AFP
Lunes, 1 de Marzo de 2021
Redacción internacional

La posibilidad de que el expresidente francés Nicolás Sarkozy cumpla un año de condena efectiva, aunque sería en la modalidad de casa por cárcel, no es segura ni inminente, ya que tan pronto como fue condenado por corrupción apeló la decisión judicial.

Tras dejar el Elíseo, hace nueve años, el exmandatario conservador ha tenido que enfrentarse a la justicia por distintas denuncias, que van desde la presunta financiación ilegal de su campaña hasta corrupción y tráfico de influencias. Precisamente por estos dos últimos delitos fue condenado ayer a tres años de cárcel, de los cuales efectivamente debería pagar solo uno, que se le conmutó a “arresto domiciliario con brazalete electrónico”.

"Eran perfectamente conscientes del carácter fraudulento de sus acciones", sostuvo la jueza Christine Mée al leer el veredicto por el conocido como “caso de las escuchas”, basado en las conversaciones telefónicas privadas entre Sarkozy y su abogado Thierry Herzog quien, a su vez, habría transmitido lo que buscaba el hoy exmandatario al juez Gilbert Azibert.

Según los investigadores de la Fiscalía, en esas conversaciones Sarkozy ofreció al mencionado juez un puesto en Mónaco a cambio de obtener datos relativos a una causa abierta ante el Tribunal de Casación que éste presidía y que estaba relacionada con el caso Bettencourt.



En el marco de las pesquisas, los jueces descubrieron en 2014 la existencia de una línea telefónica oficiosa entre el expresidente y Herzog, abierta a nombre de "Paul Bismuth", el nombre de un viejo conocido de secundaria del abogado.

Las conversaciones interceptadas en esta línea secreta fueron el centro del caso. Para la parte acusadora son la prueba de un "pacto de corrupción", pero para la defensa era una ‘chuzada’ o escucha ilegal, puesto que se ha violado el secreto de los intercambios entre un abogado y su cliente.

Incluso durante el juicio, que terminó el 10 de diciembre, la defensa protestó bajo la tesis de que era un caso basado en "fantasías" e "hipótesis", por lo que pidió la absolución de los acusados.

Sin embargo, prevaleció finalmente la sindicación. Al leer el fallo judicial, la juez Mée dijo que Sarkozy que era "garante de la independencia del poder judicial, utilizó su condición de expresidente para favorecer a un magistrado para servir sus intereses personales".

No se resigna

Como se dijo, ayer se profirió la sentencia contra el expresidente francés y los otros dos implicados en esta trama. Aunque las penas son similares para todos, en el caso de Azibert lleva aparejada una inhabilitación de cinco años para el ejercicio de su profesión.

"Jamás cometí el menor acto de corrupción", dijo en reiteradas ocasiones el exmandatario conservador de 66 años. La última de ellas fue el pasado 23 de noviembre cuando inició el juicio que, en un principio, implicaba una posible pena de diez años de cárcel. Posteriormente la Fiscalía rebajó su petición a cuatro mientras los abogados defensores insistían en la absolución.

En ese cierre de juicio, Sarkozy también denunció un "desenfreno" de recursos desplegados por la justicia en su contra. "¿Qué he hecho para merecer esto?", dijo en su momento.

Ayer el exmandatario escuchó su sentencia de pie frente al tribunal de París, aparentemente impasible. Tras ello abandonó en lugar sin dar declaración alguna. 

Con la sentencia de ayer, Sarkozy se convirtió en el segundo exmandatario en ser condenado por la justicia, después de su antecesor y mentor político Jacques Chirac en 2011 por malversación de fondos públicos cometida cuando era alcalde de París. Pero por problemas de salud, Chirac nunca compareció ante la corte.

La abogada de Sarkozy, Jacqueline Laffont, anunció casi que de inmediato la apelación da la condena, la que calificó como “extremadamente severa y totalmente infundada e injustificada”.

Aseguró que el expresidente “está tranquilo pero decidido a seguir demostrando su inocencia”.

Y mientras Sarkozy no pronunció palabra, su esposa, la ex supermodelo y cantante Carla Bruni reaccionó en Instagram. "¡Qué ensañamiento insensato, mi amor Nicolas Sarkozy!", publicó junto a una foto de la pareja abrazada. "La lucha continúa, la verdad saldrá a la luz. Injusticia", escribió en la red social.



Caso Bygmalion

La sentencia contra el expresidente galo, considerado como un “animal político”, ocurre a pocos días (el próximo 17 de marzo) de que tenga que encarar un nuevo juicio oral por las supuestas irregularidades en los gastos de la campaña presidencial, en el 2012.

Este caso, conocido como "Bygmalion", por el nombre de la agencia de comunicación que emitió las facturas, salió a la luz en 2014 tras revelaciones de la prensa.

Ejecutivos de la agencia y el exsubdirector de la campaña de Sarkozy, Jérôme Lavrilleux, admitieron la existencia del fraude que consistía en imputar al partido de los hoy llamados Republicanos cerca de 16,2 millones de euros en gastos de mítines electorales que, en realidad, tenían que figurar en las cuentas oficiales del candidato.

Exdirigentes del partido, responsables de la campaña y ejecutivos de Bygmalion deberán también rendir cuentas ante la justicia por falsificación, fraude o complicidad, abuso de confianza y ocultación. Estos cargos que no fueron imputados contra el expresidente.

Para el juez, Sarkozy "sin duda alguna se benefició de los fraudes" para disponer de importantes recursos de campaña, pero señaló que la investigación no estableció que el candidato los hubiera ordenado o que estuviera al corriente de su existencia.

Como en la de tráfico de influencias y la causa que tiene abierta por presuntamente haber recibido millones de euros del dictador libio Muamar Gadafi para su campaña electoral de 2007, Sarkozy ha enfatizado, tanto en las salas de audiencias como a los periodistas, que “no he cometido jamás el más mínimo acto de corrupción” y exige que la verdad salga a flote porque “quiero ser lavado de estas infamias”.

En este último de la presunta financiación por parte de Gadafi, se le endilgan al expresidente los cargos de "corrupción pasiva", "financiación ilícita de campaña electoral" y "encubrimiento de fondos públicos libios".

Figura vigente

Aunque Sarkozy dejó el gobierno en 2012 no se ha distanciado de la política, permaneciendo como una figura relevante en el escenario francés. Ha seguido asistiendo a actos públicos y el libro con sus memorias, publicado hace pocos meses, se coló en 2020 entre los más vendidos.

Tras ser derrotado en las primeras de su partido UMP, Sarkozy dio un paso al costado en la política, a la que entró en 1983, pero continúa como una figura de gran peso en la derecha francesa por su estilo combativo y su discurso duro contra la delincuencia y la inmigración. Muchos de sus seguidores atribuyen a ello que se haya convertido en el blanco de denuncias judiciales como las descritas y la más reciente, una por presunto tráfico de influencias dadas sus actividades de asesoramiento en Rusia.

La personalidad enérgica de ‘Sarko’, como se le dice en su país, pero sobre todo su insistencia en demostrar que no es un corrupto, de seguro lo mantendrán en la agenda mediática y política francesa.