El retorno de Berlusconi | El Nuevo Siglo
Sábado, 3 de Marzo de 2018
  • Unas elecciones decisivas en Italia
  • Mucho en juego para Unión Europea

 

 

Mañana se celebran los comicios en Italia para escoger un nuevo gobierno. Los ojos de Europa están clavados en el resurgir de Silvio Berlusconi que, como jefe de “Forza Italia”, puntea en las encuestas en alianza con la “Liga Norte” y los llamados “Hermanos de Italia”. Una reciente modificación electoral aprobada en el Parlamento favorece la formación de coaliciones para conquistar el poder, lo que beneficia a la centroderecha y la centroizquierda, en tanto perjudica a los movimientos extremistas como es el caso de “Cinco estrellas”. Los sondeos auguran como posible que la alianza de derecha consiga formar gobierno, para lo cual necesitaría alcanzar el 4 por ciento de los escaños de diputados.

Lo irónico del asunto es que Berlusconi, que se lanzó a la política italiana muchos años atrás como admirador de Mussolini, hoy representa a las fuerzas conservadoras que pretenden contener a la extrema izquierda y fortalecer a la Unión Europea. Y ello pese a que una vez dio unas declaraciones bastante destempladas sobre la líder alemana y mujer fuerte del viejo continente, Ángela Merkel. Sin embargo, en medio de la actual coyuntura la canciller teutona ve con buenos ojos el retorno al poder del controvertido político italiano. La razón es simple: la política de este último país está dominada por la zozobra y la incertidumbre, con candidatos con discursos incendiarios y antisistema que hacen temer el riesgo de anarquía, lo que facilita el retorno del ex primer ministro, muy hábil en posicionarse como salvavidas ante el caos.

Los expertos señalan que el panorama político italiano está signado por tres polos magnéticos: la derecha de Berlusconi, la centroizquierda en caída y los llamados antisistema, muy al  estilo del español Podemos, agrupados en el movimiento “Cinco estrellas”.

En Italia se recuerda a Berlusconi como el político de derecha que supo desafiar a la izquierda y disputarle las mayorías populares en las calles, hasta derrotar electoralmente a comunistas, socialistas y democristianos. Hoy la izquierda se refugia en la universidad y la burocracia judicial. Bajo el concepto de que más importante que dominar los medios de producción es dominar los centros de poder cultural y judicial, libran desde allí una batalla contra el ex primer ministro desde hace años. Quizá ello explique porque pese a ser este uno de los hombres más ricos de Europa, a cada tanto se investigan sus finanzas y las de sus empresas, tratando de encarcelarlo por delitos graves. Por lo general, ha logrado demostrar su inocencia, siendo condenado apenas por incidentes contables en una de las empresas que era manejada por un gerente de confianza. Por el contrario, su máximo escándalo no fue político ni económico, sino por fiestas con menores de edad. El caso sacudió al país y, para colmo, fiel a su estilo, cuando Berlusconi fue interrogado sobre este tipo de relaciones, respondió desafiante: "si les preguntaran si tendrían sexo conmigo, el 30 por ciento de las mujeres dirían que 'sí' y el otro 70 por ciento respondería: '¿Qué, otra vez?'". Una actitud que en Italia es una humorada, un chiste, pero que en otros países de moral calvinista no entienden. Al fin y al cabo, Italia es heredera del Imperio Romano, en donde se le rendía culto a la belleza y encantos de la mujer.

El jefe de “Forza Italia”, que confiesa que ha gastado en defenderse en los tribunales más de 100 millones de dólares, como gobernante favoreció a los sectores populares y la clase media en procura de aumentar sus ingresos y no ahogarlos con impuestos extorsivos. Dado que por el momento no puede ser candidato, pues está impedido de hacer política hasta el 2019, en los carteles de propaganda de su partido se invita a votar por sus actuales candidatos pero  bajo el lema “Berlusconi Presidente”. Ello puesto que espera que una apelación al Tribunal Europeo lo favorezca.

Así las cosas, el candidato de Berlusconi es el prestigioso presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, un brillante economista y conservador declarado, que le agradeció y acepto la postulación con la premisa de “servir a Italia”. En la otra esquina está Mateo Renzi, quien fue derrotado tiempo atrás cuando era primer ministro y convocó a un referéndum para reformar la Constitución. Ahora pretende volver al ruedo, aunque con pocas posibilidades de éxito, como jefe del  Partido Democrático. De otro lado, los partidos minoritarios juegan a favorecer alianzas que les permitan obtener una cuota de poder, en tanto que un cinco por ciento del electorado favorece a una agrupación feminista.

Varios de los parlamentarios que dicen estar dispuestos a votar por Tajani, reconocen que lo prefieren a que llegue directamente al poder Berlusconi, pese a que ahora se presenta como un conservador y político en cierta forma moderado. Lo único cierto es que el multimillonarios seguirá en la política hasta cuando la vitalidad se lo permita.