El espejo venezolano | El Nuevo Siglo
Lunes, 4 de Marzo de 2019

“Al imperio ruso le conviene que ese país se estanque”

En el auge del caudillismo, el militarista Hugo Chávez amenazó al imperio con cortarle la venta del petróleo: el 14% de lo que USA necesitaba, la advertencia era grave. El caudillo tenía el sartén por el mango. Se dio a la tarea de reproducir el modelo económico cubano. Formula con la que la URSS tuvo decrecimientos de - 8% en su economía- hasta su implosión final. Y Chávez clonó ese modelo. Como los precios internacionales del crudo subían, expropió empresas, y creó una eficaz red de subsidios para los sectores más pobres disminuyendo la concentración del índice gini de desigualdad, tal como lo mostraban los objetivos informes internacionales. El régimen encantado publicaba, en ese entonces, las cifras.

Un imperio es una alianza de pueblos bajo una hegemonía, tal como lo entendieron los romanos. Y el por qué un pueblo deviene en Imperio y otros no, es aun algo que los historiadores no logran desentrañar. Pero apunta a la teoría del caos. Y me disculpan la digresión. Lo que sí está averiguado es que un imperio es serio si desea sobrevivir. En consecuencia, USA hizo su prioridad ser autosuficientes. Aplicaron tecnología de punta. En pocos años, con sistemas que incluían el “fracking”, devinieron en exportadores netos de petróleo y gas. Los precios mundiales del crudo empezaron a declinar. Y los caudillos regionales reelectos con la ola alta en Colombia, Ecuador, Bolivia, sufrieron el desgaste político de la caída de los “Commodities”. Pero Venezuela con una riqueza inmensa, no se dio por notificada del acta de defunción de su modelo. Aun hoy mantiene a más de dos mil generales innecesarios, más que todos los generales de los países miembros de la OTAN, juntos. Colombia tiene unas diez veces menos.

El agro se redujo a menos de la quinta parte, la ganadería sufrió el mismo proceso. Se destruyeron más de medio millón de industrias que la burocracia no pudo administrar. Por incuria o corrupción la extracción de petróleo disminuyó a casi la cuarta parte. Colombia con menos reservas casi los está alcanzando. Se intentó sustituir la ley de oferta y la demanda con la policía.

La pobreza fue peor que antes del Chavismo, según el índice gini. La población huía con hambre y por millones con enfermedades, ayer erradicadas. El salario mínimo: ¡seis dólares! Es decir 44 veces menos que en Colombia.  Pero ya el régimen ocultaba las cifras. Reprimía a la prensa, y desmentía los informes internacionales que antes alabó. Siguió comprando alimentos, entre otros, de Colombia. Pero olvidaba pagar, y tildó de “piti-imperialistas” a sus acreedores. Luego importó carne de la entonces populista Argentina, que pronto cesó por la misma causa. Desde luego el imperio hizo realidad la vieja amenaza chavista, dejó de comprarles petróleo… La contracción del PBI venezolano es hoy del -16% anual, la inflación se calcula en un millón seiscientos %. Y el imperio ruso al que le conviene que ese productor petrolero rival se estanque, es hoy su desinteresado garante.