Inicia el último ciclo de preparación para Tokio 2020 | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 14 de Marzo de 2019

 

Con una delincuencia mínima y una débil amenaza terrorista, la gran urbe de Tokio parece el lugar ideal para unos Juegos Olímpicos exitosos. A menos que las catástrofes naturales vengan a arruinar la fiesta que la capital japonesa recibirá, con altas temperaturas aseguradas, en 2020.

Según se acerca este evento planetario que tendrá lugar del 24 de julio al 9 de agosto de 2020, los organizadores consideran todos los escenarios catastróficos posibles, sobre todo en un país abrumado por el calor los meses del verano boreal y susceptible de verse sacudido por un sismo en cualquier momento.

"La seguridad de la que disfruta Tokio en tiempo normal, no puede darse por sentada durante los Juegos Olímpicos, en un momento en que el mundo entero tendrá los ojos pegados" sobre la capital japonesa, previene Shiro Kawamoto, experto en materia de lucha antiterrorista y profesor de gestión de riesgos en la universidad de Nihon.

Japón no vive atentados con víctimas desde el cometido con gas sarín por la secta Aum en 1995, que causó 13 muertos en el metro de Tokio.

Obviamente no está libre de un acto repentino de un loco, como el hombre que se lanzó con su vehículo hacia la multitud durante la pasada fiesta de fin de año, en un barrio de la ciudad, con un balance de nueve personas heridas.

Para prepararse se llevan a cabo con frecuencia ejercicios en los que se movilizan todos los efectivos de la policía y las autoridades hacen llamamientos a reforzar la vigilancia, porque normalmente los habitantes de Tokio no prestan atención, por ejemplo, a las maletas y mochilas abandonadas.

"Para evitar la explosión repentina de un objeto sospechoso en un tren, primero alguien tiene que fijarse y avisar a la policía o al personal de la estación", indica Kawamoto.

Las autoridades inciden asimismo en las herramientas tecnológicas como el reconocimiento facial de los voluntarios, para localizar posibles intrusos malintencionados.

La seguridad se jugará asimismo en internet. "Partimos del principio de que no habrá un ciberataque", previene Kenji Endo, un responsable gubernamental encargado de Tokio-2020. El año pasado, en los Juegos de Invierno de Pyeongchang, la ceremonia inaugural se vio salpicada por varios cortes de la red en diferentes sedes.

 

Catástrofes naturales

 

La otra gran preocupación, de la que París-2024 debería en principio estar exenta, es la de los desastres naturales.

"El desafío más importante es prepararse para un potente temblor de tierra, imposible de prever", insiste Akio Sato, representante del ayuntamiento de Tokio.

Japón, situado entre cuatro placas tectónicas, está muy bien preparado en esa materia, con construcciones sometidas a muy exigentes criterios antisísmicos.

Pese a todo, una sacudida de magnitud 7,3 sería susceptible de causar la muerte de 23.000 personas (un 70% en los incendios) y la destrucción de 610.000 edificios, según simulaciones oficiales.

El balance podría ser aún peor si ocurriese durante los Juegos, advierten los expertos, ante la posibilidad del pánico por la falta de preparación de los turistas y deportistas extranjeros que, a diferencia de los nipones, no están familiarizados con este tipo de riesgos desde la infancia.

La oficina de turismo ofrece a través de una aplicación para móviles todo tipo de "consejos de seguridad" en caso de catástrofe. Los organizadores también cuentan con ofrecer a los visitantes "una ayuda en varias lenguas para permitir una evacuación fluida y rápida".

Además de los terremotos están los ciclones, que provocan intentas lluvias. Los Juegos de 2020 se disputarán "justo en el medio de la temporada de tifones", recuerda Nobyuki Tsuchiya, al frente de una organización medioambiental en Tokio.

Aunque no se registre ninguna catástrofe, el invitado asegurado a la fiesta olímpica es el calor. En esas fechas en Tokio la temperatura puede rondar los 30-35 grados a la sombra, con una humedad superior al 80%.

La salida del maratón se ha adelantado a las 06h00 después de que varias organizaciones médicas avisaran del riesgo de muertes en un horario en el que haga más calor.

Las autoridades deberán reservarse "la posibilidad de suspender el evento", señala Toshitaka Katada, profesor de prevención de desastres en la Universidad de Tokio.