¿Maduro usa políticamente crisis del coronavirus? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 30 de Marzo de 2020
Redacción internacional

Lo que para los analistas se plantea como un interrogante, para la oposición es una certeza: el régimen de Nicolás Maduro está utilizando políticamente la crisis originada por la pandemia del coronavirus.

Para no ir más lejos, este fin de semana, a propósito de la acusación por narcoterrorismo formulada por la justicia norteamericana contra Maduro y la cúpula chavista, el partido político Vente Venezuela, coordinada por la exdiputada María Corina Machado, rechazó a través de un comunicado que el régimen se valga de la pandemia como excusa para controlar y perseguir a más ciudadanos.

Tras advertir que la corrupción desatada por la gestión chavista durante 20 años coloca al país en una situación de extrema vulnerabilidad y riesgo en el contexto de la pandemia de coronavirus, Vente Venezuela señaló que “como todo sistema totalitario, la reacción ha sido represión y mentira, incrementando aún más el peligro para toda la sociedad” y reiteró que el régimen representa una amenaza sanitaria en medio del brote mundial de Covid 19, así como una amenaza a la seguridad regional por sus relaciones con el crimen organizado y el terrorismo internacional.

Unos ocho días antes, el escritor venezolano Alberto Barrera ya había tomado nota del asunto en su columna del New York Times, al reflexionar sobre lo que buscaba Maduro al escribirle a Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), para pedirle prestados 5.000 millones de dólares, anotando que “es muy poco verosímil que creyera que el FMI lo haría”.

Luego de exponer la precariedad del sistema de salud venezolano, Barrera consideró que explicación es que ya que el régimen “no puede detener la tragedia, busca sacar provecho de ella”.

Así, anticipándose al momento en que ya no puedan manipular las cifras y se haga evidente la proliferación del coronavirus, los chavistas en el poder “señalan a otros posibles responsables”, de decir “el FMI, la comunidad internacional, la oposición. Lo que en apariencia es una acción unificadora, que intenta desactivar la pugna interna del país, es realmente lo contrario: otro esfuerzo por polarizar las visiones, el análisis y la discusión”.

En seguida, Barrera recordó que “el uso político de la enfermedad no es algo nuevo. El cáncer de Chávez, detectado a mediados de 2011, es un antecedente muy cercano. El líder venezolano aprovechó de forma intensa su padecimiento, no solo en una batalla electoral compitiendo como candidato para un nuevo periodo presidencial en 2012, sino también y sobre todo en la construcción de una nueva simbología religiosa, asociada a su persona y a su movimiento político. Desde la enfermedad, Chávez se sacralizó y legitimó la industria del culto a su personalidad”.

La diferencia, planteó Barrera, es que con Chávez “el material de la manipulación fue su propio cuerpo, su dolencia”, mientras que con sus sucesores no hay “ningún riesgo personal”, sino que “las víctimas, nuevamente, las va a poner el pueblo”.

Indirectamente el tema fue tocado este fin de semana por el presidente interino y de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, al proponer un "gobierno de emergencia" para contener el coronavirus.

"Este gobierno de emergencia por razones obvias no puede ser encabezado por alguien acusado de narcotráfico, pero tampoco puede ser un gobierno conformado únicamente por las fuerzas que representamos", dijo Guaidó.

"En concreto planteamos instalar un gobierno de emergencia nacional que incluya a todos los sectores políticos del país", afirmó Guaidó