Recorte de gastos y apretón, claves para resistir la crisis | El Nuevo Siglo
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Sábado, 28 de Marzo de 2020
Redacción Economía

Nunca antes, la frase de “todos ponen”, se ha hecho tan imprescindible como ahora, cuando el virus Covid 19, está extendiéndose por el mundo y no respeta ni raza ni credos ni condición social.

En Colombia como el mundo entero, los analistas han vaticinado que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) tendrá un retroceso importante. En el caso del país, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, le señaló a EL NUEVO SIGLO que la disminución estaría desde el 2,3% a -0,4% para este año, dependiendo de cuánto se prolongue la pandemia.

Este aspecto que a veces solo se queda en las cifras, tiene un elemento crucial para los colombianos y es que el desempleo se va a incrementar hasta niveles del casi 20%, afectando a más de 3 millones de personas, como lo señala el mismo Mejía.

 

Medidas concretas

 

Ante esta situación, es fundamental que el Gobierno revise por qué las empresas se ven obligadas a despedir gente. Según el analista Ricardo Ortegón, “todo indica que ya es hora que se concreten las medidas tanto para las empresas como para los trabajadores. Para una compañía decidir en un recorte de gastos que lo primero es reducir los puestos de trabajo, demuestran la falta de apoyo tanto del Gobierno como del sector financiero. Es ahí donde se requiere que todos los sectores pongamos, hay recursos para ello, auxilios y en eso se debe proteger la liquidez de las empresas para que puedan resistir sin recortar su nómina”.

 

Pero así como las empresas deciden apretarse el cinturón, también lo deben hacer los trabajadores. Según el observatorio de la Universidad del Rosario, este es un momento que nunca se había presentado en el país, hay una crisis económica que no se sabe cuándo va a terminar, por eso es crucial que empresas y trabajadores se pongan de acuerdo para ver qué se puede recortar para no sacrificar los contratos laborales.

Pero en esta clase de decisiones es fundamental el papel del Gobierno. Aunque el ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, ha dicho que “el Gobierno nacional hará lo necesario para mantener los empleos en este país”, no se ha concretado cómo lo va a hacer ni de qué forma lo puede financiar para evitar la quiebra de las empresas ante el cese de labores por la cuarentena.

“Ya es hora que se diga, como ha sucedido en otros países, que las empresas no paguen impuestos, ni servicios públicos, o que les suspendan el cobro de los parafiscales, o les digan que les van a disminuir la carga y el costo laboral, pero hasta el momento nada de ello se ha dicho”, sostiene el experto Ortegón.

 

Impedir daños colaterales

 

Por su parte la analista Gita Gopinath, señala en el blog del FMI para América Latina, que esta crisis sanitaria producirá efectos secundarios económicos significativos, que reflejarán shocks a la oferta y a las demandas diferentes de los ocurridos en otras crisis.

Sostiene la economista que “se necesitan políticas focalizadas y sustanciales para respaldar la economía mientras dure la epidemia, manteniendo intacta la red de relaciones económicas y financieras entre trabajadores y empresas, prestamistas y prestatarios, y proveedores y usuarios finales a fin de que la actividad se recupere una vez superado el brote. El objetivo consiste en impedir que una crisis pasajera cause daños permanentes a las personas y a las empresas como consecuencia de pérdidas laborales y quiebras”.

 

Sostiene que hay varios impacto, “del lado de la oferta, se produce una reducción directa de la oferta de mano de obra porque hay trabajadores que no están bien de salud, padres que tienen que cuidar a sus hijos porque las escuelas están cerradas y, lamentablemente, porque la mortalidad aumenta. Ahora bien, la actividad económica se ve aún más afectada debido a los esfuerzos por contener la propagación de la enfermedad mediante confinamientos y cuarentenas, que hacen caer la utilización de la capacidad productiva”.

Asimismo, indica que del lado de la demanda, la pérdida de ingreso, el temor al contagio y la agudización de la incertidumbre llevarán a la gente a recortar los gastos. Es posible que haya despidos porque las empresas no pueden pagar sueldos. Estos efectos son particularmente graves en sectores como el turismo y la hostelería, el comercio y otros. Además de estos efectos sectoriales, un creciente pesimismo entre los consumidores y las empresas podría llevar a estas últimas a prever menos demanda y recortar el gasto y la inversión. Eso, a su vez, exacerbaría el cierre de negocios y las pérdidas de puestos de trabajo”.

Asegura Gopinath que “es posible focalizar  las transferencias de efectivo, los subsidios salariales y el alivio tributario en los hogares y las empresas golpeados por los trastornos de la oferta y la caída de la demanda, ayudando a los particulares a atender sus necesidades y a los negocios a mantenerse a flote. Se podría reforzar el seguro por desempleo para trabajadores despedidos, prolongándolo, incrementando las prestaciones o flexibilizando el derecho a percibirlo”.