Una petición, doña Claudia | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Marzo de 2020

Con relación a los acontecimientos que están alterando la tranquilidad global, no son muy pocos los creyentes míticos que deducen que lo que sucede es el cumplimiento de las predicciones apocalípticas. Profecías acerca de las cuales se han sembrado creencias inmortales. El miedo -y las bromas- están sustentados por una profecía que fue dictada muchos años atrás, por el conocido médico y adivino francés Michel de Notre Dame, mejor conocido como Nostradamus, quien, según sus intérpretes, predijo que el año 2020 iniciaría una tragedia "apocalíptica".

Estas obsesiones míticas, obviamente, vencen los esfuerzos inteligentes y razonables, convenciendo que la fatalidad del día es un mandato Divino al cual nadie se puede resistir: el fin del mundo. También hay que recordar las predicciones que hizo Cristóbal Colón, apoyándose en las versiones del Antiguo Testamento Bíblico e igualmente las historias adivinativas, confirmadas, de la ciencia ficción especulada por Julio Verne. Finalmente, la malicia del bisiesto.

No obstante esas persuasiones mundiales y atendiendo la realidad de este país, partiendo de las medidas que adoptó el señor Presidente Dux Iván y las decretadas por doña Claudia, la novedosa alcaldesa, escuchados los comentarios del público en general y la angustia que lo invade, desde muchos puntos de vista una sugestión maravillosa se imagina para suavizar la crisis nerviosa que ataca el temperamento social: aliviar la secuela económica que se ha desatado.

La emergencia social que ha invocado el Dux, para expedir las normas que a los ancianos los encierra en su alcoba, pero les ofrece unas ayudas económicas, conduce a pedirle a la Alcaldesa que, en el mismo sentido optimista y para todos los habitantes de este  municipio, modifique los términos  del pago del impuesto predial, y  que las rebajas ofrecidas a quienes cancelen el predial antes del cuatro de abril, se postergue hasta el cuatro de junio y, entonces,  el contribuyente pueda, suavemente, atender sus principales necesidades y dejar para más luego el pago del tributo y con el beneficio ofrecido. Un sentimiento emocional que alivia la angustia existencial.

Hay que reconocer, sin suponer que se trata de una actitud rebelde, sino consecuencia de alteración emocional, que todo es posible aplacar en la medida en que se prodiguen alientos que apacigüen la asfixia psíquica que por naturaleza del sistema límbico se trasforma en una debilidad física real.

 Doña Claudia, lo pedido no es que desista usted del recaudo, simplemente que se aplace el termino fijado y se admita que los deudores, por ahora, inviertan ese dinero en las satisfacciones de sus necesidades más urgentes, sin que pierdan el beneficio otorgado a los cumplidores de sus obligaciones tributarias. Lo propuesto tiene fundamentos legales y de vivencias sociales que lo justifiquen. Las razones que usted adujó en el Decreto 090/2020 valen para que otorgue el beneficio compensatorio que se propone en esta solicitud: principios fundamentales de los artículos 1° y 2° de la Carta Política. Además, su vocación Divina.