El norte de la política exterior | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Marzo de 2021

Acelerar acción de Cancillería ante denuncias

* Muchos retos en medio de la difícil coyuntura

 

 

Se produjo durante las últimas semanas una serie de denuncias de colombianos, víctimas de atropellos por parte de autoridades de migración en los aeropuertos de ciudad de México y Cancún. Sin motivo alguno los aíslan en espacios inadecuados, les quitan sus pertenencias y después de interrogatorios sesgados, les niegan el ingreso y los devuelven a nuestro país.

Ante la proliferación en medios de comunicación de testimonios de víctimas y de sus familias, la embajada de Colombia en ese país y el Ministerio de Relaciones Exteriores aparecieron en escena y formularon los reclamos ante el gobierno correspondiente. A primera vista parecería la respuesta apropiada. Lo malo es que llegaron dos años tarde, y varios miles de víctimas después, a un tema de enorme importancia porque en el 2019 casi 6.000 colombianos fueron devueltos de México y en 2020 se llegó a 4.500 (la cifra se redujo por la pandemia), muchos tras haber padecido las pesadillas que se han revelado recientemente. Desde luego, habrá casos de casos, pero lo que realmente perturba es que parecería una política generalizada contra los colombianos.

De otra parte, hace unos meses un funcionario de menor rango, en una de nuestras embajadas en Europa, cometió un error por el cual fue reprendido por su jefe de misión. Como respuesta desató una campaña en su contra, con denuncias de por medio. Ahora el tema escaló e incluso se habla de envíos de droga al denunciante en las valijas diplomáticas.

Por otro lado, el actual Gobierno no ha convocado de manera recurrente a la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, cuerpo consultivo en la materia, integrado por los expresidentes de la República, delegados de las comisiones segundas de Senado y Cámara, la vicepresidenta de la República y dos delegados del Jefe de Estado. Fue necesario, incluso, un fallo del Consejo de Estado, en noviembre pasado, para que fuera citada por primera vez en la actual administración.

Son expresiones diferentes que arrojan alertas e inquietudes acerca del manejo que está dando el Ministerio de Relaciones Exteriores a algunos temas trascendentales a su cargo.

En el mundo globalizado de hoy, donde la inmediatez y facilidad de las comunicaciones garantizan la interacción directa entre jefes de Estado para temas sustantivos, la atención a connacionales continúa siendo uno de los objetivos más importantes del servicio diplomático. En nuestro caso, velar con eficiencia, rigor y con celo por el respeto de los derechos y las garantías de los colombianos en otros países. Hay, entonces, que enfatizar en la materia para que no se repitan casos como los ya reseñados.

Lo cierto es que hay grandes retos en materia exterior. Tenemos la migración más grande del mundo desde Venezuela por cuenta de la satrapía en cabeza del régimen madurista; grandes desafíos para afianzar la interacción con Estados Unidos, un muy delicado contencioso internacional con Nicaragua, un reciente escándalo por la presencia de espías rusos en nuestro territorio y una expansión del tráfico de personas de múltiples nacionalidades…

Todos ellos requieren una estrategia integral y eficaz. Hay que reconocer que el Gobierno ha hecho avances notables en algunos frentes. Por ejemplo, emitió un estatuto migratorio para los venezolanos que ha logrado el aplauso internacional y está sentando las bases de una relación sólida con el gobierno Biden. También ha desplegado un plan de acción externa en medio de la emergencia sanitaria que, por ejemplo, hoy le tiene asegurado un suministro importante de vacunas contra el covid-19, al tiempo que el flujo de recursos por parte de la banca multilateral ha sido ágil.

Obviamente, como toda política, siempre es necesario aplicar ajustes y enfatizar para lograr los objetivos buscados. Los escenarios geopolíticos son cambiantes y exigen dinamismo y lectura acertada de la Casa de Nariño y la Cancillería sobre el plan a seguir. La Carta Política deja muy claro que el Presidente de la República tiene el manejo exclusivo de las relaciones internacionales del país, pero siempre es recomendable, en la medida de lo posible, la búsqueda de consensos a nivel interno. En medio de una coyuntura sanitaria, económica, política y social tan delicada, en gran parte por el coletazo de la pandemia, es imperativo afianzar el norte estratégico de nuestras relaciones internacionales.