¿Ucrania en riesgo? | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Abril de 2021

Algunos amigos me han preguntado por qué últimamente no he escrito columnas sobre problemas internacionales. Y la respuesta la tengo hoy: un tema candente que está pasando desapercibido y sobre el cual la revista Foreign Policy acaba de alertar en un análisis del 9 de abril 2021 escrito por Amy Mackinnon. 

Como sabemos, Ucrania es un país mediano (604.000 kms2 y 45 millones de habitantes), aunque grande para el medio europeo. Limita con Rusia en el este, con el Mar negro y con Bielorrusia al norte y Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumania al oeste. Para Rusia es un vecino vital por su acceso al Mar Negro, que le da salida al Mediterráneo. En 1954 la URSS cedió formalmente a Ucrania la península de Crimea pero recientemente Putin, ante la mirada pasmada de la OTAN, la ocupó de nuevo. 

Ucrania formó parte de la URSS hasta 1990 y en 1997 firmó un pacto con la OTAN aunque no forma parte de esa organización. 

Los problemas políticos ucranianos provienen de su división interna entre pro y antirusos (17% de la población es de origen ruso) que han generado golpes de estado y tambaleantes cambios de gobierno. El gobierno actual es de tendencia europea, pero los rusos creen que Ucrania debería formar parte de la “Nueva Rusia” de Putin, una copia de la URSS en pequeño. 

En las últimas semanas se han visto movimientos en gran escala de tropas rusas, provenientes de regiones tan lejanas como Siberia, especialmente concentradas en Vorónezh, a unos 250 kms. de la frontera ucraniana en la cuenca del Don, un río que desemboca en el Mar de Azov, al este de Crimea. 

Según los rusos existe en Ucrania la posibilidad de una “limpieza étnica”, similar a la de Srebrenica en la antigua Yugoslavia.  Eso los autorizaría para una “intervención humanitaria”, un eufemismo para una acción bélica. Dimitri Kolak, un alto oficial del Kremlin, afirmó que Ucrania está “en el principio del fin”. Rusia llamó a consultas indefinidas a su embajador en Kiev. 

Estados Unidos y los países europeos de la OTAN están apoyando al gobierno ucraniano, pero puede suceder lo mismo que con la intervención rusa en Crimea, aunque los Estados Unidos enviarían, según se dice, barcos de guerra al Mar Negro. 

Entre tanto, en Rusia, ante la decisión de una reelección indefinida de Putin, el líder opositor Alexei Navalny, del que se dice que está enfermo, se declaró en huelga de hambre en la prisión. 

Hay que tener presente que los otros países “candidatos” a colonias rusas -Lituania, Letonia y Estonia- pertenecen a la OTAN. 

El tema es espinoso y peligroso. Putin sabe lo que hace y hasta dónde puede apretar la cuerda. En los Estados Unidos, Biden es mejor esperanza que Trump cuyos enredos con Rusia no quedaron nunca claros. Pero Biden sí quiere cantarle la tabla a Putin. Amanecerá y veremos. 

***

Coda uno: Un amigo me contó que Maduro se tomó una pastilla de “Amenofis” y dijo que “acetaminofén” había sido un faraón egipcio. 

Coda dos: Los “educadores” y los sindicatos anuncian un paro nacional contra la reforma tributaria, que aún no se ha presentado y está en estudio. Esa es una muestra de que lo que se busca es fastidiar al gobierno y de paso al resto de los colombianos. Y esos son los que quieren a Petro, el castro-chavista, como candidato presidencial. 

Coda tres: La denuncia de Cepeda por prevaricato contra el fiscal del caso Uribe, es una muestra de lo que nos espera si se suben los “petros” al poder: justicia al gusto del gobierno.