Cómo gana la derecha en Ecuador | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Abril de 2021

Varias tesis se han escrito sobre el triunfo de Guillermo Lasso a la presidencia del Ecuador y cobran en Colombia su importancia por ciertas similitudes en el contexto político. Un banquero, clasificado como neoliberal, que después de tres intentos, alcanza la mayoría, en medio de la crisis de la pandemia, con un discurso centrado en el Ecuador “del encuentro”.

Para muchos es un resultado de la contienda entre el correísmo y el anticorreísmo, donde, Rafael Correa y sus discípulos o aliados marcaron quince años continuos de gobierno. Los resultados de la segunda vuelta, de fecha de corte del 17 de abril, ponen a Lasso con el 52.36% y a Andrés Arauz con el 47.64%, con una diferencia cercana a los cuatrocientos catorce mil votos.

Al seguir varios de los análisis, vistos desde distintas orillas, se coincide en afirmar que Lasso tuvo una mejor organización política, en convocatoria y activismo -difícil para el correísmo por su tinte caudillista, que imprime dificultad para oír una voz distinta de la del líder- que pudo con la política de “el encuentro” permear la posibilidad de sumar varios sectores y liderazgos.

Como dice el analista Jacobo García: "El correísmo nace con Correa y de él depende, no viene de antes, es un proyecto muy personalista y no muy orgánico". La virtud de la campaña de Lasso fue entonces la capacidad para organizar una estructura, que después de tres intentos, filtraría muy seguramente muchos errores anteriores, que suelen suceder en las afugias de una campaña política.  

La BBC News se pregunta cómo si en primera vuelta obtiene la mayor votación Arauz con el 32% ¿cómo no logra sumar los puntos necesarios para la segunda? La respuesta se atribuye a la incapacidad para aglutinar a los sectores afines y también a la facultad para atraer el voto indeciso.

Aunque menos se mira, el discurso convencido de Lasso también tuvo que ver pues no tuvo temor en atribuir a la libertad como medio para emprender, innovar y crear empleo; a la necesidad de atraer la inversión, de abrir la economía a tratados de libre comercio y a la fe en un sector privado productivo representado en las exportaciones, el sector financiero, comercial e industrial.

Puso como ejes la libertad, solidaridad, diversidad (unidad a la gobernabilidad), el emprendimiento y la esperanza. Sus principales políticas parecen acercarse a una economía social de mercado, con notas neoliberales, sin abstraer su visión de banquero. Así lo manifiestan las diez propuestas prioritarias que ha dicho enmarcarán su gestión, algunas de ellas osadas. En su orden: libertad para estudiar; promover acuerdos y tratados de libre comercio; vacunar 9 millones de ecuatorianos en cien días; subir el salario básico; crear un fondo semilla de apoyo al emprendimiento; eliminar impuestos; extender el agua potable y alcantarillado; combatir la desnutrición crónica infantil; la defensoría de los derechos de la mujer y el acceso a créditos baratos para el sector agropecuario.

La persistencia, coherencia y fuerza en el discurso se volvieron determinantes a la hora de aglutinar los grupos y las fuerzas. Veremos pronto el camino que tome el debate a la presidencia en Colombia.  

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

atisbosmariaelisa@gmail.com