Los libros y los presidentes | El Nuevo Siglo
Lunes, 8 de Abril de 2019

“Salió ahora el libro esperanzador de Juan Manuel Santos”

Entre los gobernantes colombianos no hay costumbre de escribir autobiografías como ocurre en Europa, omisión empobrecedora para la historia nacional y el manejo del Estado. El silencio no debate. Así se evitan molestias, y se aclimatan a un pueblo que tampoco acostumbra llevar diarios personales introspectivos de su propio devenir.

Memorias a la escala del general De Gaulle o las de Churchill, brillan por su ausencia en América Latina.

En ocasiones publican textos exculpatorios si el escándalo es demasiado grande como con Ernesto Samper. Pero lo usual es el silencio de cementerio, como en el caso de Álvaro Uribe, quien en cuanto a escribir es más afín a los caballos que a los libros.

Cuando terminamos de leer un libro queda un sabor en la boca, que nos habla de su efecto sobre nuestro espíritu. Por el regusto sabemos si fue un veneno o un regalo de buena calidad.

Un autor, político o de ficción, debe tener el coraje de cultivar la esperanza. Postular la esperanza como un riesgo que hay que correr. Y en todo caso mirar más hacia el futuro que a su propio pellejo.

A falta de autobiografías, abundan las ediciones sobre los dos expresidentes nombrados. A ojo de buen cubero unas veinte y cinco sobre la narco elección de Samper, y unas treinta sobre temas afines adobados con paramilitarismo y cohecho en el caso de Uribe.

El amargo regusto que dejan esas páginas es la de un crimen continuado desde la presidencia, en el cual el código penal se convierte en óptica que ha sustituido a la sociología, a la economía y a toda esperanza colectiva. Lo triste de ellas es que no son del todo falsas. Y sus investigadores entre temerosos y atentos a cualquier litigio por calumnia, se cuidan bien de documentarlas.

Por supuesto hablar de esos dos gobernantes, populares o no, obliga a empuercarse en una pátina mafiosa, pues es parte constitutiva de una realidad sostenida por la adicción estadounidense (de la cual por lo regular se prescinde, por prudencia, en los análisis.) ¿En dónde está la contraparte del cartel de Sinaloa en Estados Unidos? Orondo universo puritano del tráfico en el que solo hay oferta sin clientes.

Salió ahora el libro esperanzador de Juan Manuel Santos, sobre un hecho histórico que mal les pese a sus detractores deja huella en la historia. Muestra el proceso de guerra y luego de negociación con la guerrilla más antigua y más poderosa del mundo. Tanto él como quienes participaron en su administración, son acreedores de un reconocimiento por este aporte decisivo en nuestro porvenir. Su gobierno fue en escala un notorio ascenso del clima moral respecto a los dos presidentes anteriores mencionados. ¿Qué sería de Colombia hoy con un conflicto interior de esas dimensiones, ante los problemas del Cauca y los departamentos limítrofes con Venezuela, aupados por el régimen de Maduro, con una cúpula militar cuestionada por el crimen también histórico llamado, con eufemismo criollo “falsos positivos”?