Un gerente | El Nuevo Siglo
Jueves, 25 de Abril de 2019

LA propuesta es simple: que el sector privado del país le preste un gerente a Bogotá.

La capital no resiste más políticos politiqueando.

En su lugar, los destinos del distrito capital urgen un ejecutivo capaz de transformar calidad de vida de los bogotanos.

Hay empresarios sagaces, capaces e innovadores, preparados para gerenciar esta jungla de intereses y artimañas.

Un líder consagrado a resultados y al balance social de su administración.

Planteo conformar comité técnico, comisión de escogencia, para que fije condiciones y naturaleza del dirigente candidato a la alcaldía de Bogotá.

Y así, en otras regiones donde predominan corrupción, saqueos, hambre y pobreza extrema.

Debe haber varios buenos postulantes a esa dignidad que hoy luce desprestigiada.

Nación está harta de los mismos con las mismas en tiempos de campaña.

Política sana, la de partidos pensantes, respetuosos y ambiciosos con las necesidades del pueblo, murió.

Doctrinas de una mejor sociedad, equidad, inclusión, desarrollo, crecimiento, valores y respeto, se fueron de nuestras manos con desaparición a la fuerza de estadistas y humanistas como Álvaro Gómez Hurtado, Luis Carlos Galán y Jaime Pardo Leal.

Como un vicio en América Latina, la política como expresión de democracia y participación ciudadana, fue sustituida por vulgar politiquería.

Los capataces raparon ideas liberales y conservadoras y fueron a hacer diabluras a sus campamentos de corrupción y arrogante poder.

Llamados varones electorales se transformaron en reclutadores de votos para imponer sus dominios y jugar sucio en política.

Algunos delfines de buenas costumbres apenas sí asoman aspiraciones a cargos públicos. En el intento se queman o se tientan por la mermelada burocrática que los enriquece, a cambio de salir del paso.

Hay candidatos elementales, populistas y ordinarios comediantes de la política, aspirando a cargos de elección. No tienen idea de construir.

Si a los políticos de hoy les va tan mal en opinión y no son dignos de crédito, pues hay que echar mano de otros recursos.

Alternativa para intentar buenas alcaldías, gobernaciones y presidentes, es mirar al sector privado.

Debe haber uno que otro directivo capaz de domar potro salvaje de la alcaldía de Bogotá.

Con buen ojo y sentido común tiene que encontrarse alguno que otro ejecutivo capacitado para darle una mano a la ciudad, haciendo lo que mejor hacen: ejecutar, transformar y crecer.

Si el rancho arde, es preciso llamar los bomberos. Si alcaldías y gobernaciones andan patas arriba, es necesario elegir personas capacitadas que vengan a poner orden.

Capitales colombianas requieren menos debates y más acciones.

Bogotá no está para más controversias sobre modelos de transporte, movilidad, tarifas, seguridad, salud, educación y empleo. Necesita un gerente que llegue a mandar, a decidir, a organizar, a dirigir y a invertir con enfoque social.

Se busca un gerente para la capital. Una junta directiva para Bogotá que saque provecho de sus potenciales económicos.

Un gerente que ejecute nuevo modelo de ciudad. No más politiquería.