Semana Santa, mensaje de esperanza | El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Abril de 2020
  • El reto de un mayor compromiso espiritual
  • Solidaridad con quienes más sufren y temen

La Semana Santa es una de las celebraciones más importantes y centrales de la fe católica. Sin embargo, la pandemia del coronavirus obliga a que este año se tenga que realizar de una forma inédita. Con gran parte de la humanidad en confinamiento sanitario preventivo para evitar contagiarse de esta enfermedad viral que ya tiene más de un millón de infectados en todo el planeta y ha cobrado más de 60 mil vidas, es claro que las procesiones, liturgias y demás ritos tradicionales de la Semana Mayor del cristianismo tendrán que realizarse sin la presencia física de los fieles así como con los templos y principales sitios de peregrinación y congregación vacíos. Sin embargo, esa circunstancia lejos de disminuir la fe y participación activa de la feligresía en el Domingo de Ramos y los actos centrales de la muerte, pasión, crucifixión y resurrección de Jesucristo, es una oportunidad para que todos los católicos se esfuercen por un compromiso espiritual mayor en cada acto litúrgico, más aún porque lo podrán hacer desde sus casas y con sus seres queridos a su lado.

Es, entonces, un momento trascendental para la renovación y la reconfirmación de la fe así como para vivir intensamente los valores más fundamentales y fundacionales del catolicismo, como el amor, la solidaridad, el auxilio a quienes sufren, el consuelo a los desvalidos y la preeminencia del bien común sobre el propio. Un momento para que el recogimiento hogareño y el silencio propio de una sociedad que ha disminuido su dinámica productiva para enfrentar esta pandemia, permitan a cada persona hacer un ejercicio de introspección profunda sobre la forma en que se comporta como individuo y los correctivos que desde esa esfera debe poner en práctica para ser un mejor ser humano y un mejor ser social.

Bien lo dijo el propio papa Francisco, para quien es claro que “celebramos la Semana Santa de una manera verdaderamente inusual, que manifiesta y resume el mensaje del Evangelio, el del amor ilimitado de Dios. Y en el silencio de nuestras ciudades, resonará el Evangelio de Pascua”. El Pontífice recalcó que es momento de pensar en los millones y millones de personas que viven días de temor e incertidumbre, en los enfermos, sus familiares y en los deudos de los fallecidos. También es momento de orar por el personal médico que atiende la emergencia sanitaria y por quienes con su trabajo valiente se aseguran de que las familias puedan acceder a productos, bienes y servicios esenciales en medio de la prolongada cuarentena. “¡Cuántos héroes, de todos los días, a todas las horas!”, señaló el titular del Vaticano, lanzando, además, un mensaje de seguridad en que el planeta podrá superar esta difícil prueba. “Es la esperanza de un tiempo mejor, en el que también nosotros podamos ser mejores, finalmente liberados del mal y de esta pandemia. Es una esperanza: la esperanza no defrauda; no es una ilusión, es una esperanza”.

Un mensaje doctrinal en el que también coinciden tanto el cardenal primado de Colombia, monseñor Rubén Salazar, y el presidente de la Conferencia Episcopal de nuestro país, monseñor Óscar Urbina Ortega, quienes en sendas entrevistas en esta edición dominical dan orientaciones en torno a cómo debe asumirse esta Semana Santa en nuestro país. Para el Cardenal es claro que si bien no habrá procesiones ni asistencia masiva a las iglesias, gracias a los medios de comunicación y las nuevas   tecnologías los fieles podrán presenciar desde sus hogares cada celebración. “… Desde nuestras casas trataremos de reunirnos todos como un solo corazón y una sola alma para que no perdamos el fruto de esta celebración de la Pascua… Viviendo lo que estamos viviendo, la Iglesia le dará un énfasis al aspecto de la solidaridad en medio del sufrimiento y de la angustia. De la necesidad de que nos consolemos, de que nos ayudemos, de que tendamos la mano a los más pobres y a los más necesitados…”. También se insistirá en un mensaje de esperanza en torno a que Dios no abandona a la humanidad y le ayudará a superar este difícil momento. A su turno, Monseñor Urbina afirmó que en esta inédita Semana Santa “la Iglesia nos invita a que vayamos a lo fundamental, y lo fundamental es rescatar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. Que este acontecimiento mundial que estamos viviendo, que nos impide participar en las celebraciones en nuestros templos, en nuestras calles, lo podamos vivir desde la fe para fortalecerla. Ante este momento difícil que estamos viviendo, los creyentes tenemos un compromiso muy grande con nuestra sociedad, para que después de este tiempo duro, complejo, trabajemos unidos por un mundo más justo, más fraterno, más humano y reconciliado”.

Como se ve, tanto a nivel global como nacional el arranque hoy de la Semana Santa en medio de la crisis sanitaria por el Covid-19, no debe ser visto como un impedimento sino como una oportunidad para celebrarla con mayor fuerza espiritual, rodeada de los seres queridos, con más concentración en los mensajes y el significado doctrinal de cada acto. Pero, sobre todo, una oportunidad para entender que solo con el amor, la solidaridad y la unión activa la humanidad podrá superar esta crisis que hoy siembra muerte, dolor e incertidumbre en todas las latitudes.