Nuevo POT pondría en riesgo a barrios Pablo VI y La Esmeralda | El Nuevo Siglo
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Martes, 14 de Mayo de 2019
Redacción Bogotá

Los barrios Pablo VI y La Esmeralda, ya tradicionales en la capital del país, podrían estar en riesgo ante su posible integración urbana al Centro Administrativo Nacional (CAN) como eventualmente lo establece el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que se encuentra en revisión.

Desde diciembre, con la propuesta radicada por la Secretaría Distrital de Planeación para la revisión del POT, y que actualmente se encuentra en fase de concertación ambiental, se han venido haciendo advertencias acerca del modelo de ciudad, el manejo de la estructura ambiental, el crecimiento que se proyecta en los bordes urbanos, así como lo que se planea en términos de movilidad y renovación urbana.

Precisamente este último tema ha sido motivo de preocupación en los últimos días en la comunidad de los barrios Pablo VI y La Esmeralda, ubicados en la localidad de Teusaquillo, entre el Parque Simón Bolívar y la Universidad Nacional, pues la propuesta del nuevo POT hace énfasis en convertirlos en áreas de redensificación (compra de predios y construcción en altura).

Estos barrios, que hasta el momento han tenido una homogeneidad en su desarrollo y se han consolidado como tradicionales, podrían perder su configuración actual, y pasar a ser parte de un gran proceso de renovación en torno al CAN. También, es el caso de barrios como el Polo Club, Los Andes, Salitre El Greco y Samper Mendoza.

Socialización

Dentro de las socializaciones del POT que se han venido dando desde diciembre de 2018, los bogotanos han venido escuchando la propuesta que trae el Distrito frente a los distintos temas de ordenamiento territorial de la ciudad.

Sin embargo, poco se ha hecho para crear espacios de concertación en donde la ciudadanía tome la vocería sobre el futuro de varios sectores que verían afectados por las decisiones de este Plan.

Puntualmente, vecinos de los barrios Pablo VI y La Esmeralda están desconcertados con la asignación de un nuevo tratamiento urbanístico de ‘redensificación’, siendo este un sector que se basa en conjuntos residenciales de cinco pisos y casas de uno y dos pisos, en donde viven aproximadamente 4.000 personas, muchas de ellas de la tercera edad.

Así mismo, advierten que hay varios casos en donde el avalúo catastral de sus inmuebles ha disminuido en el último año, con lo que temen, se esté cocinando una compra de predios por parte de privados para redesarrollar estos terrenos.

Frente a esto, el concejal Jorge Torres, del Partido Alianza Verde, afirmó que “la ciudad necesita procesos de renovación urbana que tengan en cuenta a la población, pues estos pueden llegar a ser traumáticos para algunas familias al tener que desalojar sus viviendas y someterse a trámites de varios años”.

Asimismo, señala que “Planeación ha tenido el tiempo necesario para estudiar todas las zonas de la ciudad y determinar cuáles podían entrar o no a formar parte de las zonas de renovación urbana. Incluir barrios como Pablo VI que ya tienen una altura adecuada y que ya está consolidado no tiene ninguna justificación urbanística”.