Ojo a la economía | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Mayo de 2019

De susto en susto vive la economía nacional y eso puede pasar cuenta de cobro.

La situación del país por estos días no favorece para nada el desempeño de la economía.

Un estado frenético de odios, divisiones, enfrentamientos y venganzas políticas causan nerviosismo e incertidumbre.

Y es que el país no vive solo de la JEP y de extradición. La nación no pasa solamente por el exguerrillero ‘Santrich’ y su enredo con justicia transicional y ordinaria.

Hay que ponerle ojos a la marcha de los negocios porque se nos puede venir la noche.

Aturdidos con el ruido de la crisis institucional y diferencias políticas, se pasó por alto el pobre desempeño del PIB durante primer trimestre de 2019.

Un flaco guarismo de 2,8% no facilita las cosas.

Los moderados aguardaban crecimiento del 3,3 entre enero y marzo.

Ahora para alcanzar un PIB de 3,5% este año será necesario crecer cada trimestre 3,8%.

En ambiente bulloso por el choque de trenes que atropella la confianza nacional, no será fácil lograr ese objetivo.

Así las cosas, el presidente Duque tendrá que ingeniárselas para poner a rodar las locomotoras del desarrollo regional, la inversión y las obras civiles.

Es además la única opción que tiene el Ejecutivo para generar empleo.

Indispensable un compromiso entre Gobierno y sector privado para encontrarle la comba al palo. Reimpulsar los sectores productivos y restablecer confianza en los consumidores.

El horizonte se ve aún más incierto debido a que confianza de consumidores sigue de capa caída.

La percepción que tienen hogares colombianos sobre el Gobierno, el país y la economía, va de mal a peor.

Preocupa no ver la misma preocupación e interés de la clase dirigente por los temas sociales del país. Parece que les importa un carajo.

Frente a decisiones de la JEP, renuncia del Fiscal General, extradición de un exjefe de las Farc y resistencia política por fallos judiciales, hay todo un espectáculo de circo. Todos quieren figurar.

Sin embargo, frente a problemas más sensibles de la sociedad como economía de bolsillo, costo de vida, empleo, inversión, emprendimiento, vivienda, salud, educación, falta de agua potable, desnutrición infantil, pobreza, desplazados, migrantes de Venezuela y seguridad ciudadana, ¿quién se pronuncia? ¿A quién le interesa?

Que no sea tarde cuando la economía esté con el agua al cuello.

Si la marcha de todos los renglones productivos es lenta y no arranca el respaldo financiero real al emprendimiento y la economía naranja, nos vamos a enredar.

 

Si producción, ventas, facturación, rotación de inventarios, liquidación de saldos, crédito bancario, apertura de empresas, expansión y reconversión industrial y agropecuaria no prosperan, será imposible que economía crezca tanto para absorber demanda de empleo.

A tenerse en cuenta también que la situación de las Pymes y de la gran industria no es fácil por cuenta de los impuestos y el actual régimen laboral. ¿Ni que decir de las personas?