Personería alerta por situación del humedal Juan Amarillo | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Mayo de 2019
Redacción Nacional

La situación del humedal Juan Amarillo fue puesta en entredicho por la Personería de Bogotá, que encontró que las obras civiles del Distrito, la tala de árboles, los vertimientos de aguas negras y de basuras, así como la falta de control por parte de las autoridades a esa contaminación, tiene en grave peligro el ecosistema cuerpo de agua.

De acuerdo con el Ministerio Publico Distrital, los contratos de la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB) por cerca de $50 mil millones y del Instituto de Recreación y Deporte (IDRD) de $30 mil millones para la construcción de la infraestructura en la zona de manejo y de preservación ambiental y áreas aledañas, no contemplan recuperar el humedal, dar cumplimiento al plan de manejo ambiental, ni enfrentar sus graves problemas de contaminación.

Además, las obras no atienden el cumplimiento del Plan de Acción de la Política Distrital de Humedales, máxime cuando en 2018 el Distrito presentó la solicitud de declarar Ramsar este ecosistema.

Respuesta

La Administración distrital respondió a través del secretario de Ambiente, Francisco Cruz, quien dijo que se están tomando todas las medidas para no afectar el espejo de agua. 

“Estamos desarrollando una serie de obras como senderos y una nueva ciclorruta que vendrá desde el barrio Lisboa y conectará con la ciclorruta ya existente en este mismo humedal, esto es para que la gente lo disfrute, para que hagan avistamiento de aves, con esta base se están haciendo estas obras con toda la protección de los humedales para que nunca se vean afectados por estas obras”, explicó Cruz.

Por su parte la concejala Lucía Bastidas dijo que las obras en el Juan Amarillo se están realizando con base en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que es una norma de carácter superior a cualquier otro decreto. Esas obras están a cargo del EAB, que ha explicado que no se ha amparado en el decreto suspendido para realizarlas.

“En un manejo politiquero se quiere hacer creer y generar el ambiente de que la Alcaldía no obedece los fallos, cuando eso es falso. Y no podemos olvidar que en la decisión judicial de diciembre, cuando ordenó suspender el decreto, el mismo juez dijo que la demanda de nulidad que estaba estudiando no era la instancia para ordenar que se suspendieran obras, como pretendían los demandantes. El despacho dijo que esa solicitud desborda el estudio de una nulidad y que por lo tanto no es posible emitir una medida cautelar sobre el particular”, sostuvo Bastidas. Quien además dijo que “ya el mismo juez lo dijo, él no puede ordenar la suspensión de las obras en el Juan Amarillo”.

En un comunicado, la Personería sostiene que “la Secretaría, encargada de organizar y adelantar las mesas territoriales de los diferentes humedales, no conoce si la EAB está garantizando la participación ciudadana en proyectos a realizar dentro de los ecosistemas protegidos en el Distrito”.

Indican que en la última visita de la Personería al humedal (abril de 2019), se evidenció tala de árboles (acacias), más vertimientos de aguas negras en volúmenes que comprometen la salubridad del ecosistema acuático, perros ferales (salvajes) que atentan contra la fauna del humedal y ocupaciones ilegales en la zona de manejo y preservación ambiental y en la ronda del parque.

Asimismo, se encontró una inadecuada disposición de biosólidos en la franja terrestre del humedal, resultantes del mantenimiento de franja acuática, presencia de basuras y material de construcción y demolición.

Insiste el ente de control que “las obras implican riesgo al ecosistema, pues la obra cortara la franja terrestre, impidiendo la infiltración y escorrentía de aguas lluvias, situación que altera la morfología del terreno y generará retención de aguas o encharcamientos que impactaran sobre suelo, flora y fauna y obligara a más obras civiles de drenaje para garantizar desagües hacia la franja acuática”.

Adicionalmente, sobre el borde norte del humedal hay un jarillón (carreteable) de unos 2 metros de alto con respecto a la lámina de agua, para control de inundaciones, el cual es utilizado para el paso de la maquinaria y equipos para la obra, este altera el funcionamiento hidrológico del humedal.