Signos de vitalidad católica | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Mayo de 2019

No faltan personas que destacan fallas en la catolicidad y pronostican hasta desaparición de este factor en medio de la humanidad. Otros, por bondad de Dios, por la promesa de Jesús de su asistencia de su Iglesia “hasta el fin del mundo”, vamos encontrando, día a día, tantos signos de vitalidad que pronostican perenne sobrevivencia. Uno de esos signos lo hemos tenido en la Sexta Expo-Católica, realizada en Corferias, en marzo pasado, organizada por la Conferencia Episcopal.

Fueron 160 las entidades que presentaron en esta Expo-Católica importantes elementos de su aporte a la difusión del mensaje de Cristo. Estuvieron presentes Universidades como la Javeriana y la Sabana, Comunidades como los Salesianos y los Franciscanos, allí también Etnias siempre apreciadas y estimulados por la Iglesia hacia las vías del progreso, con respeto a sus sanas tradiciones e iluminación para su superación con el mensaje del divino Redentor.

Hubo en la estimulante presencia de al menos 12.000 visitantes, entre ellos feligreses de Parroquias y Diócesis que exhibieron sus avances pastorales, con presencia de sus entusiastas Párrocos y Obispos, y el Cardenal Rubén Salazar que presidió solemne Eucaristía. Hubo abundantes conferencias sobre temas que iluminan la fe, así como excelentes conciertos de orquestas sinfónicas y de otros grupos musicales de Comunidades religiosas. Igualmente obras de Teatro de gran valor como contribución a la cultura religiosa del País.

Al lado de este hecho, signo de vitalidad católica, estimo que debo resaltar, nuevamente, el contenido de libros que van apareciendo, de tan valioso contenido, que nos traen exposiciones doctrinales como la última Exhortación del Papa Francisco en la que resaltó los varios temas tratados en el reciente Sínodo sobra la Juventud, así como el interesante libro de Doménico del Rio con tantos hermosos testimonios de Papa Wojtyla, “Florecillas”, al que recientemente dediqué cinco comentarios de prensa.

En esa línea de publicaciones, debo expresar mi gran complacencia por el contenido del libro Caminemos con Jesús”, de Papa Francisco, que, dentro de su estilo franco y directo, refleja una profunda espiritualidad que se vuelve connatural al caminar del cristiano, de directivos o laicos, en donde, como dice su presentador, Giuliano Vigini, “elimina la hipocresía, la vanidad, las costras y los anquilosamientos”. Magnificas sus últimas páginas dedicadas a la formación de “Sacerdotes según el Corazón de Cristo”, y sobre alegría de esa misión así llevada.  Magníficos, también, detalles de dos almas que podemos llamar “gemelas” que encontramos en el libro Juan Pablo II mi amado Predecesor del Papa Ratzinger Benedicto XVI.  Qué amistad y lealtad de sucesor a antecesor, quien desde la ventana del cielo lo siguió protegiendo conformando una sola y grande labor pontificia.

Con humildad, y súplica de perdón por sus fallas humanas, y firme propósito de superación, se presenta la Iglesia en nuestros días, pero sin desmayar en sus grandes esfuerzos de bien, que, con la asistencia divina, seguirá hasta el final de los siglos, siguiendo los pasos de Jesús de adelantar por el mundo haciendo el bien” (Hech. 10, 38).

*Obispo Emérito de Garzón

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